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martes, 6 de marzo de 2012

Perdones y reparaciones

El Estado Uruguayo está abocado a la preparación del "acto" de pedido de perdón por los acontecimientos ocurridos durante la dictadura en general y en particular a la Srta. Gelman.

Creemos firmemente que es el momento oportuno, para que El señor Presidente de la República, don José Mujica Cordano, en su condición de ex-sedicioso y corresponsable de una gran cantidad de delitos cometidos en su lucha por la toma de las instituciones democráticas, en claro ataque a la Constitución de la República, tales como asaltos a instituciones financieras, copamiento de ciudades, secuestros de personas y asesinatos, incluya en su discurso, su particular y en nombre del movimiento tupamaro, pedido de perdón por tales hechos cometidos, sumiendo al País en un período de oscurantismo que desembocó en la dictadura, por la que hoy el Estado se apronta a representar.

Por más que el Sr. Mujica y sus correligionarios, pretendan alterar hechos con un pretendido cambio de denominación minimizando los mismos, los asaltos a instituciones financieras, aunque quieran llamarlos expropiaciones, seguirán siendo asaltos (delito penado por nuestra legislación); el copamiento de la ciudad de Pando, fue eso, el copamiento y asalto a una ciudad con la siembra de terror consecuente; los secuestros de personas y su reclusión en tatuceras, por más que digan que fueron juzgados y recluidos en las cárceles del pueblo, seguirán siendo secuestros, su función sediciosa nunca les concedería autoridad moral para juzgar a nadie; y los asesinatos, solamente mentes extraviadas podrán llamarlos ejecuciones, no existe la pena de muerte en nuestro ordenamiento jurídico, menos podrán arrogarse el derecho a decretarla, una banda asociada para delinquir, por lo que seguirán siendo asesinatos.

Entonces, nos sumamos a las voces de varios señores legisladores de la oposición, a pedirle al Sr. Mujica, que no desperdicie esta inmejorable oportunidad para reconocer los horrores que cometiera en su pasado sedicioso y en nombre suyo y de sus criminales asociados, pida también públicamente perdón por tan aberrantes actos en general y a la familia de Pascasio Báez, en particular.

Si el Estado Uruguayo, debe pedir perdón por hechos ocasionados por un grupo de oficiales, soldados y sus seguidores, que en su insanía se creyeron los mesías salvadores de la Patria, sus actuales gobernantes, que en su época sediciosa abonaron con sus también insanías, el avenimiento de la dictadura, deben también asumir sus culpas y en representación, esa sí muy legítima, de su asociación para delinquir, sumarse al pedido de perdón.

Si han recuperado la moral, esa es su obligación.

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