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lunes, 25 de julio de 2022

La Izquierda radical en América Latina (IV)

        Uruguay y su posición desde la visión de la izquierda                                                        internacional

Nuestro País se caracteriza por contar con una democracia sólida, a pesar del período comprendido entre el 27 de junio de 1973 y el 1 de marzo de 1985 de la dictadura cívico-militar.

Nos respaldamos en una Constitución Nacional, que si bien ha tenido algunas modificaciones, mantiene la división de Poderes y establece derechos y obligaciones que aseguran la Democracia, el Republicanismo y la Libertad con los límites imprescindibles para asegurar las garantías de interés general, pues como lo manifestara el Gral. Artigas “Es muy veleidosa la probidad de los hombres; sólo el freno de la Constitución puede afirmarla”.

Incluso en los quince años de gobiernos de izquierda, presididos por el Frente Amplio, a pesar de la pésima administración de los dineros públicos, asistencialismo desmedido sin ninguna contrapartida, descontrol en los gastos del Estado, actos de corrupción comprobados y algunos supuestos o en investigación, la democracia sigue fortalecida. A la vista están los sucesivos traspasos de gobiernos realizados sin obstáculos o mayores inconvenientes, luego de restablecido el control político acabada la dictadura.

Junto a Ecuador y Paraguay en América del Sur, son de momento los únicos países con gobiernos liberales de centro derecha, con libertad de mercado, sin restricciones en la propiedad privada, pero es evidente que estamos en la mira de la izquierda internacional. Por ello, luego de analizar la situación de nuestro País, veremos que ocurre en Ecuador, tal como lo consignáramos en nuestra segunda nota al tratar el tema de Chile.

 Nuestra sólida democracia no ha sido permeable a ciertas directrices del Foro de Sao Paulo, pero siempre hemos tenido el asedio de sus cultores. La cúpula sindical dirigida por el Partido Comunista de Uruguay, que ha cooptado la dirección del Partido Frente Amplio transformándolo en su brazo político, la proliferación de “movimientos sociales” muchas veces de pequeños grupos que se dicen representativos de comunidades (raciales o étnicos, feministas radicales, LGTB, etc.) que en sus manifestaciones lo menos que reclaman son sus derechos, centrándose en temas políticos e ideológicos afines a la izquierda internacional.

Hemos superado una pandemia que sigue causando estragos en la mayoría de los países del mundo, con políticas sanitarias de alto nivel, con medidas, la mayoría analizadas y sugeridas por un grupo de más de cincuenta científicos de primer nivel (GACH), vacunas obtenidas y aplicadas en base a un plan que rindió excelentes resultados. El Gobierno a pesar de la pandemia ha obtenido resultados impensables en materia de recuperación del producto, la actividad y el empleo y bajar un déficit fiscal que presentaba guarismos preocupantes. Ha encaminado al País en una ruta de crecimiento, con políticas de promoción de la inversión privada y la apertura al mundo.

Sin embargo, la oposición se vuelve cada día más radicalizada de la mano de la central sindical y su brazo político el Frente Amplio, tratando permanentemente de dificultar la tarea del gobierno, aplicando a rajatabla las exhortaciones del Foro de Sao Paulo de movilización continua y creación de conflictos.

Por esa política desestabilizante, en los últimos meses podemos recordar la paralización de ANCAP dejando como resultado una avería que detuvo parte de la producción por alrededor de diez días con pérdidas millonarias para el Ente; dos paralizaciones en los puertos del País, con la pérdida de exportaciones e incremento en costos de fletes por importaciones transportadas por buques que no pudieron descargar; el sindicado de CONAPROLE, lleva varios meses de conflicto, con paralizaciones por sectores, medidas distorcivas, a veces generales, con amenazas de obstruir las exportaciones, han dejado a la población con carencia de productos y a los tamberos en situaciones de inestabilidad; por citar los que más perjuicios han causado tanto a la población como a la economía del País, además de los paros generales y parciales resueltos por el PIT-CNT, por motivos tan ridículos, que se pueden catalogar de simple gimnasia sediciosa.

Gracias al apego irrestricto a la Constitución del Gobierno Nacional, no se producen enfrentamientos con las fuerzas del orden, de lo contrario la triste frase de Nicolás Maduro sobre sus acciones acordes a las disposiciones del Foro de Sao Paulo, serían aplicables a nuestro País. Esperamos que la calidad republicana del gobierno y la cordura de la población nos alejen de una tan desafortunada situación.

Para completar una visión general de la situación de Latinoamérica veamos que está pasando en Ecuador:

Pocos días antes del estallido en Chile, Ecuador vivía también serios problemas. El gobierno de Lenin Moreno debió enfrentar una ola de protestas por la aplicación de políticas económicas dictadas por el FMI. Hubo de decretar por parte del gobierno estado de excepción, luego toque de queda y su traslado a la ciudad de Guayaquil. Se dieron cruentos enfrentamientos entre la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) y la policía. Finalmente por mediación de la ONU y la Iglesia Católica se llegan a la finalización transitoria del conflicto.

En plena pandemia de COVID 19, con varios meses de cuarentena (Marzo-Setiembre/2020), seguidos de otros de restricciones, se dan varias denuncias de corrupción renunciando varios funcionarios del gobierno y dando forma a un nuevo caldo de cultivo para la conmoción social. El 24 de mayo de 2021 asume la Presidencia Guillermo Laso candidato de la alianza del Partido Social Cristiano y el Movimiento Creando Oportunidades (CREO), ambos de centro derecha.

Si bien el nuevo gobierno tuvo poco más de un año de paz social, el CONAIE promueve un nuevo estallido social en junio de 2022 (18 días de caos, 6 muertos, más de 500 heridos, comestibles secuestrados en las rutas, comercios destruidos por la turba). La advertencia que Leonidas Iza, líder de la CONAIE emitiera con su temeraria frase “comunismo indo-americano o barbarie” se cumplió, hubo barbarie.

Desde la Universidad Central de Ecuador que albergó a los violentos, uno  de los líderes indigenistas  vociferaba amenazando: «Si la ciudad tiene que morirse de hambre, que se muera»

Además de los 6 muertos civiles, hubo por lo menos un soldado muerto y varios heridos, algunos de gravedad, cuando se dirigían a liberar los camiones de suministros y fueron emboscados por los sublevados.

Finalmente, luego de varios contactos entre gobierno y sublevados, bajo la condición impuesta por la CONAIE, de suspender el estado de excepción y retirar soldados y policías de las calles, se llega a un acuerdo y la población indígena inicia el retorno a sus lares.

Las movilizaciones de 2019 fueron en contra de las medidas sugeridas por el FMI, las de junio de 2022 por trabajo, mejores remuneraciones y contra la carestía por la suba de los combustibles. Por el momento se aquietaron las aguas, pero seguramente no por mucho tiempo, considerando que Ecuador tiene un gobierno liberal.

Como corolario de la situación en América Latina, debemos considerar brevemente la situación de Brasil, el país más extenso y de mayor población del Continente y Argentina nuestro vecino del oeste.

Brasil con profundas diferencias sociales, un alto nivel delictivo liderado por poderosos grupos que se disputan territorios para el narcotráfico, atraviesa aún la pandemia de COVID 19 sin una política estatal definida para combatirla, transcurre el gobierno de ultra derecha de Jair Bolsonaro, que seguramente se enfrentará en 2024 al Partido de los Trabajadores con Lula Da Silva al frente. Según encuestas realizadas el candidato favorito es Lula. Veremos qué pasa.

Mientras tanto Argentina, navegando en ese extraño Peronismo-Justicialismo-Kirchnerismo, tremendamente populista, con un profundo enfrentamiento entre el Presidente Alberto Fernández con su Vicepresidenta Cristina Fernández, atraviesa una crisis económica de envergadura, con una híper-inflación que ya ronda el 65 % y una alta tasa de pobreza que afecta a más de 40 % de su población, encerrada en sí misma con escasez de divisas y elevado déficit fiscal, no deja vislumbrar un futuro promisorio a corto plazo. En 2023 tendrá elecciones presidenciales con un resultado difícil de predecir.

Como conclusión final, es evidente el asedio a los países democráticos, con un fin varias veces explicitado de convertir a América Latina en un conglomerado de Estados dominados por gobiernos sumisos a directrices externas dictadas por la izquierda radical internacional.

Consecuentemente está en manos de todos defender nuestra democracia republicana, desde el ámbito que nos sea más propicio, gobernantes y ciudadanos demócratas atentos, a los embates sindicales y sociales radicalizados y prestos a dar la batalla necesaria para neutralizar cualquier intento de sumirnos en el oscurantismo y caos como viven nuestros hermanos venezolanos, cubanos y nicaragüenses, por citar los más cruentos, entre otros.



sábado, 23 de julio de 2022

La Izquierda radical en América Latina (III)

 Las bases regionales y las incidencias de fuera de la región

Como ya lo vimos en las notas anteriores la punta de lanza de la izquierda latinoamericana son el Foro de Sao Paulo y El Grupo de Puebla, fundamentalmente el primero, pero además existen otras influencias muy poderosas de fuera de la región.

La estrecha relación de los gobiernos de Venezuela y Cuba con Irán y Rusia ha creado una red de agentes fundamentalmente de Irán extendida en la mayoría de los países de Latino América que apoyan y financian movimientos de izquierda.

Recientemente pudimos ver un avión iraní-venezolano realizando viajes con una “tripulación” de más de veinte ciudadanos de ambos países, para transportar cargas de poca monta que no podrían nunca justificar el costo de mover tal aeronave y con exceso de tripulación (según expertos en la materia no necesitaría más de cinco tripulantes), lo que deja claramente expuesto que el fin de esos viajes no eran simples transportes de mercaderías o partes de automotores. El avión sigue detenido en Argentina y su tripulación investigada, habiendo sido esencial la intervención en el asunto de los servicios de inteligencia de Paraguay. La detención de la aeronave se produce luego de no permitirle su aterrizaje en Uruguay, advertido por parte de Paraguay de la situación dudosa del mismo y su tripulación.

Pero no solamente de extra región encontraremos agentes u organizaciones que colaboran abiertamente con la izquierda. El narcotráfico y organizaciones delictivas tienen nexos con gobiernos o partidos políticos plenamente comprobados. Es conocido la connivencia del gobierno de Nicolás Maduro con el narcotráfico, teniendo varios de sus principales dirigentes investigados y en algunos casos con pedido de captura por la DEA,  e incluso familiares presos en Estados Unidos por tales delitos. En Brasil, Marcos Valerio en prisión por sobornar legisladores en el gobierno de Luiz Ignacio (Lula) Da Silva, reveló vínculos del Partido de los Trabajadores con el Primer Comando Capital (PCC). En Bolivia, Rolando Cuellar acusa a la cúpula de su partido “Movimiento al Socialismo” de recibir aportes del narcotráfico. Además Bolivia tuvo como presidente al conocido cocalero Evo Morales, que pretende su vuelta al poder, luego de su abandono de la presidencia y huida del país en noviembre de 2019. Seguramente habrá más casos.

El populismo es el recurso del Foro de Sao Paulo para dar impulso a conflictos que han generado las grandes movilizaciones en todos los países de Latinoamérica.

Desde cúpulas sindicales o “grupos sociales” se lanzan proclamas con peticiones quizá justas, pero a sabiendas de la imposibilidad de concreción por falta de recursos o financiación. Un ejemplo que se ha dado en varios países de Latinoamérica, tomados de organizaciones que operan a nivel mundial, es el pedido a los gobiernos de una renta básica para toda la población sin importar su situación laboral. Otro petitorio que se repite es la exigencia de bajar el precio de los combustibles, un precio que está ligado íntimamente con el precio del petróleo y las diferencias de cambio por lo que no depende de las políticas internas de los países. A estos reclamos se suman una larga lista de reivindicaciones, algunas verdaderas utopías.

Basta leer el programa básico de creación del Foro, donde claramente en forma textual dice “Constituido para reunir esfuerzos de los partidos y movimientos de izquierda, para debatir sobre el escenario internacional con el objetivo de combatir las consecuencias del neoliberalismo en los países de América Latina”, para comprender como en base al populismo desde las cúpulas se movilizan las masas.

Pero no solamente sobre las bases iniciales debemos enfatizar, sino en las conclusiones de sus más de veinticinco encuentros, en los que fueron expandiendo su ideología y formulando las movilizaciones con claros propósitos desestabilizadores de gobiernos democráticos.

En el Foro figuran como miembros por Uruguay: Frente Amplio (como coalición de partidos políticos de izquierda) y once grupos o partidos políticos (Asemblea Uruguay, Corriente de Unidad Frenteamplista, Movimiento de Participación Popular, Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, Partido Comunista del Uruguay, Partido Obrero Revolucionario, Partido por la Victoria del Pueblo, Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Socialista de Uruguay, Vertiente Artiguista y Movimiento 26 de Marzo). Si comparamos el listado de miembros, nuestro País es el segundo, detrás de Argentina, con mayor cantidad de afiliados.

Sobre el Grupo de Puebla, al ser un apéndice del Foro, solamente consignaremos que lo integran por Uruguay, además de haber sido miembros fundadores, José Mujica, Daniel Martínez, Rafael Michelini y Mónica Xavier.

Lo más preocupante de la ideología de estas dos organizaciones y sus fines, es que se basa en los postulados del comunismo internacional totalmente enfrentados con la democracia en general y con el liberalismo económico, libre mercado, propiedad privada y republicanismo en particular. No podemos desconocer que la historia del comunismo internacional lo sitúa como el principal genocida del mundo, incluso superando al nazismo.

En consecuencia, todas las fuerzas democráticas, deberán estar unidas y atentas a los embates de la embestida populista para neutralizarla.  




jueves, 21 de julio de 2022

La Izquierda radical en América Latina (II)

                               Los nuevos baluartes de la izquierda

México. Luego de doce años alejado del gobierno el PRI, vuelve a tomar las riendas del país, con Enrique Peña  Nieto en la Presidencia a partir de 1 de diciembre de 2012. En plena guerra contra el narcotráfico y con varios funcionarios cuestionados (incluido el propio Presidente) por actos de corrupción, se ve acrecentado el descontento social, allanando el camino del candidato de la Izquierda Andrés Manuel López Obrador, que logra el triunfo el 1 de julio de 2018, coaligando su partido “MORENA” (“Movimiento de Regeneración Nacional”) con “Juntos Haremos Historia”, consiguiendo incluso mayoría tanto en Diputados como Senadores.

Con el triunfo de López Obrador, la izquierda se introduce en América del Norte, al lado mismo del tan denostado “Imperio”, constituyendo un nuevo baluarte del Socialismo Siglo XXI de singular importancia geopolítica.

A poco más de seis meses del ingreso de la izquierda al gobierno mexicano, se funda el Grupo de Puebla, constituyendo una nueva cabeza de playa de desembarco del Socialismo Siglo XXI en América Latina.

El veterano político mexicano ha implantado un desmedido asistencialismo, que según los analistas es uno de los principales impulsores de la inflación disparada en el país. Por otra parte su intento de, por consulta popular  buscar su propia revocación presidencial, enciende ciertas alarmas. Precisamente el 10 de abril pasado, puso en práctica un pergeñado instrumento electoral de dudosa constitucionalidad, que de antemano se sabía de resultado negativo. Por consulta popular no obligatoria debería obtener como mínimo el 40 % de voluntades para revocar el mandato, guarismo imposible de obtener pues la mayoría de los partidos políticos abogó por la abstención. Lo previsto se dio, pero llevó adelante el nuevo instrumento electoral,  lo que revelaría para los entendidos, la intención de repetir la misma consulta al final del período con la intención de, con el mismo resultado, prolongar su mandato. En su caso con una reforma electoral, pero con los mismos resultados de otros gobernantes de izquierda que lograron con reformas similares o de sus constituciones, permanecer indefinidamente en el poder.

Chile. Estallido social 2019 – 2020: A partir de octubre de 2019, por la suba en el costo del transporte público en Santiago se inicia un estallido social que en el correr del resto del año y hasta marzo el 2020 se extiende a  todo el territorio, con significativo impacto en las principales ciudades, provocando el caos en todo el país. Todo inicia con la negativa al pago de tickets en el Metro de Santiago con invasión estudiantil evadiendo el pago. Generalizada la evasión el 18 de octubre se cierran las operaciones del Metro y se desatan los enfrentamientos con los carabineros, focos de violencia, saqueos, incendios y disturbios en todo el territorio de Chile. Se decreta toque de queda en parte de Santiago y en pocos días se extiende a la mayoría de las capitales regionales.

A la causa inicial de la protesta, se sumaron otras varias, incluyendo la propia Constitución Nacional y el movimiento de resistencia indígena Mapuche en reivindicación de territorios.

Las protestas además de los daños a la infraestructura por los atentados incendiarios y saqueos, contabilizan además, solamente en el mes de octubre, unos 32 muertos, más de 3400 civiles y 2000 carabineros heridos. Sin perjuicio de esos números, en los meses siguientes hubo muertes y heridos, e incluso denuncias por excesos de las fuerzas del orden constatadas por organizaciones de DDHH.

Las pérdidas en infraestructura públicas (incluido los destrozos del Metro) y privadas se cifraron en 3.300 millones de dólares y se perdieron alrededor de 200.000 puestos de trabajo.

Entre el gobierno y la protesta se acuerda una Agenda Social, que desembocaría en la propuesta de una nueva Constitución Política de corte socialista, que en su integración habría una fuerte presencia indigenista.

A  raíz de las protestas en Chile y Ecuador, Nicolás Maduro  expresa su complacencia porque las premisas del Foro de Sao Paulo se estaban cumpliendo, en su discurso del 20 de octubre de 2019, diciendo: “Al Foro de San Pablo le puedo decir, desde Venezuela, estamos cumpliendo el plan, va como lo hicimos, va perfecto, ustedes me entienden... Foro de San Pablo, el plan va en pleno desarrollo, victorioso. Todas las metas que nos hemos propuesto en el Foro las estamos cumpliendo una por una”, expresiones evidentemente referidas a esas movilizaciones. (Aclaramos que el caso de Ecuador, por estar en una situación muy particular lo consideraremos en detalle en la última nota)

En definitiva esta serie de hechos desemboca en el resurgimiento de la izquierda que termina otorgando el gobierno a Gabriel Boric, activista de ese signo que se destacara en el movimiento estudiantil. Egresado de la Facultad de Derecho, tuvo su actividad política como Diputado durante los años 2014 a 2022. Al triunfar en las primarias de 2021 se convierte en candidato presidencial por la coalición “Apruebo Dignidad”, accediendo a la presidencia al triunfar en segunda vuelta, a partir del 11/03/2022.

Colombia. Luego de un año de pandemia Colombia registró una baja en su producto interno bruto (PBI) del 6,8% y el desempleo se situó por encima del 16%, el descontento de la población haría eclosión el 28 de abril de 2021 cuando una multitud de estudiantes y asalariados colombianos desafiando el COVID 19, se lanzó a las calles de las principales ciudades del país, oponiéndose a la reforma tributaria propuesta por el gobierno de Iván Duque, que implicaba impuestos a quienes obtuvieran salarios superiores a U$D 663 mensuales, un evidente cargo a la clase media baja, dando inicio a un paro general en todo el país.

El gobierno retira su propuesta, pero el descontento no cesa. Siguen las protestas, dura represión policial, decenas de muertos, cientos de heridos y un Presidente día a día a la baja en la consideración de su pueblo.  Luego de 4 días de protestas y violentos enfrentamientos con la policía, inician los contactos en busca de soluciones que se extienden por más de un mes. Se obtienen algunos acuerdos pero los paros nacionales y los actos de vandalismo dejan un saldo de millones de dólares de pérdidas y serios problemas de desabastecimiento.

El 28 de abril de 2022, en conmemoración del paro nacional del año anterior, se convoca a otro paro nacional con movilizaciones, que, como el año anterior produce duros enfrentamientos de manifestantes y fuerzas del orden.

En plena campaña electoral, las movilizaciones son el elemento ideal para repudiar las políticas del gobierno y catapultar a la izquierda a la conquista del poder.

La primera vuelta de elección presidencial se realizó el 29 de mayo, quedando enfrentados para el balotaje Rodolfo Hernández (“Liga de Gobernantes Anticorrupción”) de derecha  y Gustavo Petro (“Colombia Humana” coaligado con “Unión Patriótica”) de izquierda, que se definió a favor de Petro el 19 de junio.

La asunción de Gustavo Petro como nuevo Presidente de Colombia será, según la Constitución Nacional, el 7 de agosto.

Perú. Luego de muchos años conflictivos en la República del Perú donde se intercalaron gobiernos democráticos con dictaduras militares, incluso una dictadura de tinte socialista, en el 1980 se restablece el gobierno democrático representativo, aunque siguieron los conflictos con los grupos terroristas Sendero Luminoso y MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru). De todas formas en la década de 1990 se implementa un modelo económico neoliberal que llevo al país a considerarse como un mercado emergente de alto índice de desarrollo humano, pero políticamente siguió cargando inestabilidades, con alto grado de corrupción. A tal grado que aún mantiene privado de libertad a un ex presidente con cargos por ese delito y lesa humanidad.

La inestabilidad política ha sido una constante en este país y lógicamente es un buen caldo de cultivo para protestas y reclamaciones de mejoras diversas, tanto económicas como de asistencia social. Además la diversidad étnica se convierte en otro frente creador de conflictos. Aunque el principal problema que sufrió Perú en los últimos años es el enfrentamiento constante entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, con varios Presidentes cuestionados y con pedidos de vacancia, varias renuncias con las respectivas presidencias provisorias. Este estado de cosas se transmite al pueblo creando un duro enfrentamiento liderado por las fuerzas indigenistas y de izquierda.

En ese estado conflictivo se llega a las elecciones presidenciales de 2021, enfrentándose en el balotaje Keiko Fujimori (hija del ex presidente preso Alberto Fujimori) y Pedro Castillo.

Ante el ajustado triunfo de José Pedro Castillo Terrones, Fujimori con su grupo político ”Fuerza Popular” inicia una agresiva campaña de acusaciones de fraudes electorales que finalmente son desestimados por la autoridad electoral confirmando el triunfo del representante del partido de izquierda “Perú Libre”.

Castillo, docente de primaria, según el ideario de “Perú Libre”, su partido, es marxista leninista y según alguna prensa peruana sería socialista, populista y ultra conservador,  comandó la huelga magisterial de 2017, lo que le dio preeminencia nacional. Devenido Presidente, enfrentado a la prensa a la que achaca ser “distorsionadora maliciosa de la información” y con nombramientos como funcionarios de jerarquía a personas con antecedentes judiciales graves, con Ministros censurados y otros acusados de inexperiencia y falta de idoneidad además de mantener vínculos con grupos extremistas y organizaciones terroristas, se ha convertido en el Presidente más impopular de los últimos años.

En este momento la República de Perú sufre una fuerte efervescencia social, sindical y étnica enfrentada a un gobierno que aún no llega al año de integrado.



martes, 19 de julio de 2022

La Izquierda radical en América Latina (I)

 Este tema por su enorme complejidad necesita un abordaje detallado considerando las situaciones de algunos países que componen la región, por lo  que debimos dividirlo en cuatro notas. Esta primera será introductoria y trataremos la situación inicial de la escalada de la izquierda radical en América Latina, que se ha dado a conocer cómo “Socialismo Siglo XXI". En la segunda trataremos de desentrañar los hechos que llevaron a que algunos países  terminaron recientemente en gobiernos de izquierda. En la tercera, las influencias y acuerdos que se tejen desde distintos estados y organizaciones  a nivel mundial encaminados a  sus intereses geopolíticos. Finalmente en la última, la situación de Uruguay y su posición desde la visión de la izquierda internacional. Las últimas tres notas serán publicadas los días 21, 23 y 25 del corriente mes respectivamente.

El inicio del proceso

Podemos establecer el inicio en el día 30 de enero de 2005, cuando en el V Foro Social Mundial, Hugo Chávez (entonces Presidente de Venezuela) menciona el término “Socialismo Siglo XXI”, que inmediatamente toma relevancia a nivel mundial, y que según la concepción original de su mentor, el sociólogo alemán (radicado en México desde principios de la década de 1970 y constituido en asesor clave de Chávez) Heinz Dieterich, sería la cuarta fase del desarrollo del socialismo, fallido en intentos anteriores, que lograría imponerse definitivamente.

Corresponde acotar que Hugo Chávez integraba con su partido MVR (Movimiento V República o literalmente Movimiento Quinta República), devenido en el actual PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) el Foro de Sao Paulo fundado en julio de 1990 por el Partido de los Trabajadores de Brasil, liderado por Luiz Ignacio (Lula) Da Silva. Chávez al acceder al gobierno de Venezuela, sitúa a su partido político en el segundo a nivel latinoamericano perteneciente al Foro de Sao Paulo en conquistar el poder, detrás del Partido Comunista de Cuba, ya en el poder a la creación del Foro.

El Foro de Sao Paulo se constituye con grupos y partidos políticos de izquierda de América Latina y fue pergeñado luego de la caída del Muro de Berlín, con el fin de debatir sobre la situación internacional y encontrar las distintas formas de combatir el neoliberalismo en nuestra América, lógicamente con el fin de conquistar los respectivos gobiernos.

Con el impulso y apoyo económico de Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro, con la idea Bolivariana de una América del Sur unida ideológica y políticamente, el Foro ha tenido real preponderancia en elecciones gubernamentales en la mayoría de los países, con resultados visiblemente acordes a sus fines.

Ya bajo la égida del Socialismo Siglo XXI, luego de Chávez, accedieron al gobierno de sus respectivos países: Lula Da Silva (PT) Brasil, Tabaré Vázquez (FA) Uruguay, Evo Morales (MSB) Bolivia, Michelle Bachelet (PSCh) Chile, Rafael Correa (Alianza PAIS) Ecuador,  Daniel Ortega (FSLN) Nicaragua, Fernando Lugo (APC, hoy Frente Guasú) Paraguay, José Mujica (FA) Uruguay, Mauricio Funes (FFMLN) El Salvador, Dilma Rousseff (PT) Brasil, Ollanta Humala (PNP) Perú,  Nicolás Maduro (PSUV) Venezuela y nuevamente Tabaré Vázquez (FA) Uruguay, Michelle Bachelet (PSCh) Chile y en El Salvador el FFMLN con Salvador Sánchez Cerén. Nótese que en este listado no incluimos los últimos incorporados México,  Chile, Colombia y Perú, que los veremos en la segunda nota, pues ya constituyen una segunda oleada. También corresponde destacar que en varios países latinoamericanos, grupos o partidos políticos integrantes del foro participaron en coaliciones de gobiernos con partidos no integrantes, por ejemplo en Argentina los gobiernos de Néstor Kirchener y Cristina Fernández fueron coaligados con el Partido Comunista de Argentina Congreso Extraordinario.

Con la bandera del Socialismo Siglo XXI, respaldado por los “petro-dólares” venezolanos y bajo el manto del Foro de Sao Paulo, se inicia la escalada para la conquista de los distintos países de América Latina, con esa primera oleada que cubrió prácticamente toda América del Sur, con excepción de Colombia, Guyana, Surinam y Guayana Francesa (los tres últimos no pertenecen a la comunidad latina), mientras que en América Central se posicionaron en Nicaragua y El Salvador.

Desde los gobiernos de Venezuela de Chávez y Maduro, mediante “negocios”, donaciones, bonificaciones en los precios del petróleo y otros mecanismos de asistencia a los distintos partidos integrantes del foro, se fueron allanando los caminos hacia los gobiernos de sus respectivos países.

Junto a los petro-dólares venezolanos, se dieron los hechos de corrupción más escandalosos que salpicaron la mayoría de los gobiernos latinoamericanos.  Infraestructuras sobre-valoradas, licitaciones digitadas, obras inconclusas por inviabilidad, sobornos y más.

Pero con el devenir de los años y vistos algunos resultados de los gobiernos progresistas alineados al Socialismo Siglo XXI, varios países latinoamericanos volvieron a gobiernos de signos más moderados, democráticos, liberales, basados en el libre mercado, circunstancia que movilizó los cimientos teóricos de Dieterich.

A consecuencia de ello, el 12 de julio de 2019, se reúnen en la ciudad de Puebla (México), en un foro político y académico la izquierda política latinoamericana, con  referentes políticos (entre ellos presidentes y ex presidentes), sociales y académicos de 16 países latinoamericanos y España. El objetivo primario es articular ideas, programas de desarrollo, modelos productivos y políticas de estado de carácter progresista. Ergo: Reflotar o potenciar el Foro de Sao Paulo.

En el Grupo de Puebla  integran por Uruguay José Mujica, Daniel Martínez, Mónica Xavier y Rafael Michelini. Los cuatro formaron parte del grupo de fundadores.

El plan, potenciado, está en marcha.