Vistas de página en total

jueves, 14 de marzo de 2013

Problema evidente de muy dudosa solución




Para situarnos en el tema y establecer una base de comprensión sencilla, planteamos la siguiente pregunta: ¿Qué pasa en un hogar si como norma, se gasta más de lo que se gana?

Queda en evidencia un problema, para cubrir ese déficit recurrimos a un ingreso extra, que es transitorio y generalmente debemos reintegrarlo en un determinado plazo (el crédito).

Pues bien, llevando el problema a nivel mundial, constatamos que la mayoría de los países adolecen de déficit crónico. Considerando globalmente cuatro de los cinco grupos más significativos, tenemos que los países con economías avanzadas promedian un déficit del 4.9%, los mercados emergentes tienen un déficit del 1.8%, el grupo asiático un 2.6 % y Latinoamérica promedia el 1.6%. El resultado final considerando el PBI total de estos grupos nos da un déficit global del 4.2 %.  Por otro lado el quinto grupo, los países productores de petróleo, ostentan un superávit del 2.3 %, todo según el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI)

Como primera conclusión, constatamos que a nivel mundial gastamos más de lo que producimos, por lo que los estados deben recurrir al ahorro de particulares y competir con las empresas para solventar el déficit neto.

Es acá que se nos plantea el gran dilema, ¿esos ahorros hasta cuando estarán disponibles?, o en el hipotético caso que los dueños de esos dineros simplemente los nieguen, por la falta de garantía de reembolso, ¿a que fuente recurrirán o que estrategia emplearán los gobiernos, para seguir gastando más de lo que sus países producen?

Es evidente que el mundo está endeudado y las posibilidades de pago se ven restringidas por falta real de fondos genuinos.

Ha llegado el momento que los equipos económicos de los distintos estados, asumiendo concientemente el problema, procuren reducir el gasto de sus presupuestos, tratando de revertir una situación que se ha hecho crónica y con una marcada tendencia a seguir imperando.

Realmente será una tarea de titanes y global. Lo hemos comprobado en otros temas, que aún reconocidos y evaluados en su magnitud se han hecho avances mínimos, por citar solo uno, recordemos el efecto invernadero, que según criteriosos analistas se empezaría a revertir hacia la mitad del presente siglo, a pesar de varios acuerdos estampados en sendos protocolos (de Japón, de Río, etc.), con el agravante en este caso, que los países que producen más gases con efecto invernadero, son los que menos compromiso han asumido y recién dentro de un par de décadas llegarían a emisiones tolerables para el medio ambiente.

En el caso que hoy nos ocupa, constatamos que los déficit más abultados son los de los estados con economías más avanzadas y coincidentemente son los que encabezan el ranking del ejemplo citado.

Los estados modernos se rigen generalmente por reglas pragmáticas, pero el pragmatismo no solo debemos alabarlo, lo fundamental es aplicarlo correctamente.

Publicado en: Compromiso con todos.