Los
nuevos baluartes de la izquierda
México. Luego de
doce años alejado del gobierno el PRI, vuelve a tomar las riendas del país, con
Enrique Peña Nieto en la Presidencia a
partir de 1 de diciembre de 2012. En plena guerra contra el narcotráfico y con
varios funcionarios cuestionados (incluido el propio Presidente) por actos de
corrupción, se ve acrecentado el descontento social, allanando el camino del
candidato de la Izquierda Andrés Manuel López Obrador, que logra el triunfo el
1 de julio de 2018, coaligando su partido “MORENA” (“Movimiento de Regeneración
Nacional”) con “Juntos Haremos Historia”, consiguiendo incluso mayoría tanto en
Diputados como Senadores.
Con el triunfo de López Obrador, la
izquierda se introduce en América del Norte, al lado mismo del tan denostado
“Imperio”, constituyendo un nuevo baluarte del Socialismo Siglo XXI de singular
importancia geopolítica.
A poco más de seis meses del ingreso
de la izquierda al gobierno mexicano, se funda el Grupo de Puebla, constituyendo
una nueva cabeza de playa de desembarco del Socialismo Siglo XXI en América
Latina.
El veterano político mexicano ha
implantado un desmedido asistencialismo, que según los analistas es uno de los
principales impulsores de la inflación disparada en el país. Por otra parte su
intento de, por consulta popular buscar
su propia revocación presidencial, enciende ciertas alarmas. Precisamente el 10
de abril pasado, puso en práctica un pergeñado instrumento electoral de dudosa
constitucionalidad, que de antemano se sabía de resultado negativo. Por
consulta popular no obligatoria debería obtener como mínimo el 40 % de
voluntades para revocar el mandato, guarismo imposible de obtener pues la
mayoría de los partidos políticos abogó por la abstención. Lo previsto se dio,
pero llevó adelante el nuevo instrumento electoral, lo que revelaría para los entendidos, la
intención de repetir la misma consulta al final del período con la intención de,
con el mismo resultado, prolongar su mandato. En su caso con una reforma
electoral, pero con los mismos resultados de otros gobernantes de izquierda que
lograron con reformas similares o de sus constituciones, permanecer
indefinidamente en el poder.
Chile.
Estallido
social 2019 – 2020: A partir de octubre de 2019, por la suba en el costo del
transporte público en Santiago se inicia un estallido social que en el correr
del resto del año y hasta marzo el 2020 se extiende a todo el territorio, con significativo impacto
en las principales ciudades, provocando el caos en todo el país. Todo inicia
con la negativa al pago de tickets en el Metro de Santiago con invasión
estudiantil evadiendo el pago. Generalizada la evasión el 18 de octubre se
cierran las operaciones del Metro y se desatan los enfrentamientos con los
carabineros, focos de violencia, saqueos, incendios y disturbios en todo el
territorio de Chile. Se decreta toque de queda en parte de Santiago y en pocos
días se extiende a la mayoría de las capitales regionales.
A la causa inicial de la protesta, se
sumaron otras varias, incluyendo la propia Constitución Nacional y el
movimiento de resistencia indígena Mapuche en reivindicación de territorios.
Las protestas además de los daños a la
infraestructura por los atentados incendiarios y saqueos, contabilizan además,
solamente en el mes de octubre, unos 32 muertos, más de 3400 civiles y 2000
carabineros heridos. Sin perjuicio de esos números, en los meses siguientes
hubo muertes y heridos, e incluso denuncias por excesos de las fuerzas del
orden constatadas por organizaciones de DDHH.
Las pérdidas en infraestructura
públicas (incluido los destrozos del Metro) y privadas se cifraron en 3.300
millones de dólares y se perdieron alrededor de 200.000 puestos de trabajo.
Entre el gobierno y la protesta se
acuerda una Agenda Social, que desembocaría en la propuesta de una nueva
Constitución Política de corte socialista, que en su integración habría una
fuerte presencia indigenista.
A
raíz de las protestas en Chile y Ecuador, Nicolás Maduro expresa su complacencia porque las premisas
del Foro de Sao Paulo se estaban cumpliendo, en su discurso del 20 de octubre
de 2019, diciendo: “Al Foro de
San Pablo le puedo decir, desde Venezuela, estamos cumpliendo el plan, va como
lo hicimos, va perfecto, ustedes me entienden... Foro de San
Pablo, el plan va en pleno desarrollo, victorioso. Todas las metas que nos
hemos propuesto en el Foro las estamos cumpliendo una por una”, expresiones
evidentemente referidas a esas movilizaciones. (Aclaramos que el caso de Ecuador, por
estar en una situación muy particular lo consideraremos en detalle en la última
nota)
En definitiva esta serie de hechos
desemboca en el resurgimiento de la izquierda que termina otorgando el gobierno
a Gabriel Boric, activista de ese signo que se destacara en el movimiento
estudiantil. Egresado de la Facultad de Derecho, tuvo su actividad política
como Diputado durante los años 2014 a 2022. Al triunfar en las primarias de
2021 se convierte en candidato presidencial por la coalición “Apruebo Dignidad”,
accediendo a la presidencia al triunfar en segunda vuelta, a partir del
11/03/2022.
Colombia. Luego de
un año de pandemia Colombia registró una baja en su producto interno bruto
(PBI) del 6,8% y el desempleo se situó por encima del 16%, el descontento de la
población haría eclosión el 28 de abril de 2021 cuando una multitud de
estudiantes y asalariados colombianos desafiando el COVID 19, se lanzó a las
calles de las principales ciudades del país, oponiéndose a la reforma
tributaria propuesta por el gobierno de Iván Duque, que implicaba impuestos a
quienes obtuvieran salarios superiores a U$D 663 mensuales, un evidente cargo a
la clase media baja, dando inicio a un paro general en todo el país.
El gobierno retira su propuesta, pero
el descontento no cesa. Siguen las protestas, dura represión policial, decenas
de muertos, cientos de heridos y un Presidente día a día a la baja en la
consideración de su pueblo. Luego de 4
días de protestas y violentos enfrentamientos con la policía, inician los
contactos en busca de soluciones que se extienden por más de un mes. Se
obtienen algunos acuerdos pero los paros nacionales y los actos de vandalismo
dejan un saldo de millones de dólares de pérdidas y serios problemas de
desabastecimiento.
El 28 de abril de 2022, en
conmemoración del paro nacional del año anterior, se convoca a otro paro
nacional con movilizaciones, que, como el año anterior produce duros
enfrentamientos de manifestantes y fuerzas del orden.
En plena campaña electoral, las
movilizaciones son el elemento ideal para repudiar las políticas del gobierno y
catapultar a la izquierda a la conquista del poder.
La primera vuelta de elección
presidencial se realizó el 29 de mayo, quedando enfrentados para el balotaje
Rodolfo Hernández (“Liga de Gobernantes Anticorrupción”) de derecha y Gustavo Petro (“Colombia Humana” coaligado
con “Unión Patriótica”) de izquierda, que se definió a favor de Petro el 19 de
junio.
La asunción de Gustavo Petro como
nuevo Presidente de Colombia será, según la Constitución Nacional, el 7 de
agosto.
Perú.
Luego
de muchos años conflictivos en la República del Perú donde se intercalaron
gobiernos democráticos con dictaduras militares, incluso una dictadura de tinte
socialista, en el 1980 se restablece el gobierno democrático representativo,
aunque siguieron los conflictos con los grupos terroristas Sendero Luminoso y
MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru). De todas formas en la década de
1990 se implementa un modelo económico neoliberal que llevo al país a
considerarse como un mercado emergente de alto índice de desarrollo humano,
pero políticamente siguió cargando inestabilidades, con alto grado de
corrupción. A tal grado que aún mantiene privado de libertad a un ex presidente
con cargos por ese delito y lesa humanidad.
La inestabilidad política ha sido una
constante en este país y lógicamente es un buen caldo de cultivo para protestas
y reclamaciones de mejoras diversas, tanto económicas como de asistencia social.
Además la diversidad étnica se convierte en otro frente creador de conflictos.
Aunque el principal problema que sufrió Perú en los últimos años es el
enfrentamiento constante entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, con varios
Presidentes cuestionados y con pedidos de vacancia, varias renuncias con las
respectivas presidencias provisorias. Este estado de cosas se transmite al
pueblo creando un duro enfrentamiento liderado por las fuerzas indigenistas y
de izquierda.
En ese estado conflictivo se llega a
las elecciones presidenciales de 2021, enfrentándose en el balotaje Keiko
Fujimori (hija del ex presidente preso Alberto Fujimori) y Pedro Castillo.
Ante el ajustado triunfo de José Pedro
Castillo Terrones, Fujimori con su grupo político ”Fuerza Popular” inicia una
agresiva campaña de acusaciones de fraudes electorales que finalmente son
desestimados por la autoridad electoral confirmando el triunfo del
representante del partido de izquierda “Perú Libre”.
Castillo, docente de primaria, según
el ideario de “Perú Libre”, su partido, es marxista leninista y según alguna
prensa peruana sería socialista, populista y ultra conservador, comandó la huelga magisterial de 2017, lo que
le dio preeminencia nacional. Devenido Presidente, enfrentado a la prensa a la
que achaca ser “distorsionadora maliciosa de la información” y con
nombramientos como funcionarios de jerarquía a personas con antecedentes
judiciales graves, con Ministros censurados y otros acusados de inexperiencia y
falta de idoneidad además de mantener vínculos con grupos extremistas y
organizaciones terroristas, se ha convertido en el Presidente más impopular de
los últimos años.
En este momento la República de Perú
sufre una fuerte efervescencia social, sindical y étnica enfrentada a un
gobierno que aún no llega al año de integrado.