¡¡¡La noticia del día... congelaron precios!!!
Con bombos y platillos, tras reuniones y cabildeos con cámaras y grandes superficies, el gobierno nacional congeló los precios de artículos de "primera necesidad", con la intención de frenar la inflación, que según cifras oficiales estaría en un 8.53 % interanual.
Indudablemente la inflación es el ingrediente que peor incide en la economía familiar, por lo que la idea de bajarla o en último caso detenerla, es una loable acción gubernamental.
Se congelan precios por 60 días, de una lista de 1300 presentaciones de los productos.
Esa es la gran farsa, porque en realidad se congelarían los precios de 32 productos en distintas presentaciones y marcas que detalla el listado correspondiente.
Como ilustración, veamos algunos:
270 shampoos y acondicionadores de cabello de distintas marcas, en frascos y saché.
209 desodorantes de distintas marcas, en aerosoles, rolón, barra y crema.
8 cervezas, también de distintas marcas y presentadas en botellas y latas.
42 distintas marcas de cocoas, en envases de distintos gramajes.
53 detergentes de distintas marcas y envases.
70 vinos en caja de distintas bodegas y tipos.
También algunos tipos de aceites de girasol, maíz y soja, arroces, azúcares, aguas gasificadas y sin gas, cafés, fideos semolados y al huevo, harinas, aguas cloradas, jabones de tocador, mantecas, mayonesas, pan, papel higiénico, pastas dentales y algunas pulpas de tomate.
Casi que se agota el listado, aunque quedan algunas cosillas más, que en la economía familiar no importan mucho.
Y esto, en definitiva, es lo que mereció tanta prensa y publicidad gubernamental.
Ahora bien, con esto, ¿bajaremos la inflación? ¿la mantendremos en los parámetros actuales?
Porque en materia de cortinas de humo, ya nos han hartado en los últimos cinco años.
Quizá una forma más efectiva de controlar la inflación sería bajar impuestos, achicar el estado y fundamentalmente ACHICAR los sueldos de los gobernantes (Ejecutivo y legisladores) y la pléyade de cargos de confianza.
