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miércoles, 23 de mayo de 2012

Occidente hoy, depende de la cuna de Occidente


Hace unos 2500 años, en Atenas, en la sala de la Asamblea a viva voz, el heraldo gritaba: “Tis agoreuein bouletai?” (Quién quiere dirigirse a la asamblea?), concediendo la voz a cualquier hombre libre que quisiera argumentar sobre cualquier tema en discusión por el alto cuerpo ateniense. Así nacía la democracia y la libertad de expresión. También así nacía una nueva vida política para Occidente.

Hoy Occidente depende de lo que los hombres y mujeres griegos decidan en las elecciones del próximo 17 de junio.

No solamente se elegirá un nuevo gobierno, sino que esa elección apuntará a una dirección que puede ser decisiva en las economías del mundo Occidental.

El 6 de mayo corriente, los griegos rechazaron mayoritariamente a los dos partidos que dominaron sus gobiernos durante los últimos veinte años y que apoyaron el "memorandum" o acuerdo de austeridad, contraparte para el rescate europeo,  pero los elegidos, no tuvieron la capacidad de formar un gobierno de coalición, por lo que se vivirá el 17 del próximo mes, otra contienda electoral.

¿Pero el pueblo griego tiene realmente las posibilidades de elegir correctamente, cuando han vivido bajo la mentira oficial, en una espiral consumista, privada y estatal, que llevó al País al caos actual? 

Pero más grave aún ¿cual es la línea política más conveniente a seguir que tenga posibilidades reales de sortear el referido caos?

Las distintas alternativas, tendrían que presentarse ante los votantes con la mayor honradez, explicitando claramente sus propuestas de salida y las reales consecuencias que deberán enfrentar, que serán en cualquiera de ellas de una muy dura austeridad.

Pero no solo de la actitud griega, dependerá la salida, sino también, según la propuesta que surja del futuro gobierno, la actitud alemana.

Todos los países sureños de Europa, atraviesan serios problemas, casi tan graves como los de Grecia y el resto, menos Alemania, atraviesan por una crisis de iliquidez que les hace difícil enfrentar sus compromisos, no solo externos, sino también los domésticos. Esto condiciona lógicamente una salida, que deberá ser liderada por Alemania, que es la socia principal del Banco Central Europeo y del Fondo de Estabilidad Financiera y la única economía europea en expansión.

Pero de todas formas, el tema griego, complica en este momento, a toda Europa y por lo tanto a todos los países de Occidente, principalmente de América Latina que son sus socios comerciales y dependientes de sus importaciones. Ya la mayoría de los países de la Eurozona, las han restringido y se empieza a sentir las consecuencias por nuestras latitudes.

Según Timothy Garton Ash, catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, en artículo trascripto por El País de España, manifiesta que "la verdad que se calla, o se dice a medias, en Grecia, es que sus únicas alternativas en estos momentos son malas, peores o pésimas. La peor es, desde luego, una salida desorganizada y caótica del euro" para advertir luego que los griegos tienen hasta el 17 de junio para "decidir qué creen que es malo y qué creen que es peor: una salida planificada y cuidadosa del euro o permanecer dentro de él con las mejores condiciones que puedan obtener de Alemania".

Indudablemente la cuna de la democracia occidental hoy tiene en sus manos el futuro de todo Occidente, hagamos votos porque la decisión que deberán tomar el próximo 17 sea la adecuada para iniciar la recuperación, que será muy larga y dura y que en definitiva los coletazos de su crisis y la de sus socios, nos alcance con mínima gravedad.

Todo depende de los resultados de las urnas y la posterior decisión alemana.


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