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martes, 15 de mayo de 2012

INAUdito


Luego que hubo algunos cambios en las jerarquías de los hogares del INAU, parecía que muchos problemas, principalmente las fugas, se mantenían controlados.

Es lamentable, pero en las últimas semanas han recrudecido los incidentes y nuevas fugas. Pero más gravedad confiere a estos hechos la intervención de alguna manera de funcionarios.

Por la última gran fuga, fueron procesados funcionarios de INAU y policías por acción u omisión en el hecho.

Otro hecho gravísimo, que terminó con el procesamiento de un funcionario tomó conocimiento público el último fin de semana.

Un funcionario coordinador, del Centro de Medidas Cautelares del INAU (CEMEC), compraba servicios sexuales a los internos por celulares, refrescos, llamadas telefónicas u otros beneficios, según lo consignara a el diario El País, el vocero de la Suprema Corte de Justicia, Raúl Oxandabarat.

Se supone que el INAU, debe cuidar de la salud física y psíquica de los menores que por distintas razones están a su cargo, darles contención y reahabilitarlos en el caso de menores conflictivos o ingresados a la institución por la comisión de algún delito.

Indudablemente el INAU asiduamente es noticia, aunque muy pocas veces esas noticias informan de buenos hechos.

Por distintas situaciones muchos menores llegan al INAU y no por haber cometido delitos, sino porque fueron abandonados por sus progenitores o porque éstos por distintas razones no les pueden dar custodia y protección, pero que en definitiva son chicos de buenas costumbres y buenos sentimientos y que con el apoyo debido, seguramente tendrán un futuro de honradez y perfecta inclusión en la sociedad, llegando a ser ciudadanos de probidad.

Pero con los constantes descubrimientos de delitos cometidos por integrantes de las plantillas de funcionarios del Instituto, y en algunos aberrantes como el ocurrido en el CEMEC, llega a ponerse en tela de juicio a todo el equipo, principalmente a los integrantes jerárquicos, los responsables de la política interna y del buen funcionamiento.

Es evidente que cuando ocurren tantos problemas funcionales, la responsabilidad debe buscarse desde arriba, porque lo que falla es la cabeza o su entorno.

Es otra de las tantas crisis institucionales que padece nuestro País, pero ésta, como la crisis de la educación, que golpean principalmente a los niños y adolescentes erosionan pilares fundamentales de la sociedad del futuro. No quitamos importancia a la crisis de la salud, la seguridad, la pobreza, sino que ponemos especial énfasis en lo que acontece en el INAU y en las distintas ramas de la enseñanza, porque desde ahí es donde se marcan los valores que regirán los ciudadanos del futuro.

Los delitos que se cometen en estas órbitas, deberían considerarse agravados, por las tremendas consecuencias que les puede acarrear a los menores agredidos tan amoralmente. Es inaudito que funcionarios como J.G.A.L., el delincuente que cambiaba servicios sexuales por beneficios a los internos, hubiera pasado tantos años en el Instituto para que se "descubrieran" sus bajísimos instintos. 

Algo está fallando en el INAU, puesto que eso estaba ocurriendo impunemente, quien sabe desde cuando.

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