Vistas de página en total

sábado, 28 de mayo de 2011

Educación

El 26 de mayo celebramos en el País, el Día del Libro.

Para introducirnos en el tema, considero muy bueno retrotraernos a épocas en que nuestra Patria luchaba denodadamente por construir un futuro de felicidad para todos los orientales, cuando nuestros criollos luchaban día a día con sus precarias herramientas de labranza y las cambiaban  por las lanzas, los facones y los sables para liberar el terruño de los extranjeros colonizadores, atendiendo la convocatoria del General Artigas.

En el año 1815, Artigas desde el Campamento de Purificación, al recibir la consulta del Cabildo, sobre la propuesta del presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, de crear una biblioteca, no dudó en aprobar la idea inmediatamente, y posteriormente, cuando recibiera la noticia de la inauguración, dispuso que el santo y seña del Ejercito nacional fuera por aquel día, el de "Sean los Orientales tan ilustrados como valientes".

Aquel santo y seña de Artigas trascendió los tiempos, quedando grabado indeleblemente en su rico ideario.

La incipiente biblioteca, fue enriquecida por donaciones de preclaros ciudadanos que legaron sus acervos, como el propio Larrañaga, Don José Raimundo Guerra y varios padres franciscanos, iniciando en el País una enaltecedora corriente cultural.

Quizá aquellos inicios llevaron a nuestro País a ser realmente un pueblo culto e instruido, llegando a aventar casi totalmente el analfabetismo.

Podemos decir que tuvimos una larga época de ascenso constante de los niveles de calidad en la enseñanza, elevando la cultura. La lectura fue una pasión de los uruguayos, promoviendo el surgimiento de escritores, poetas, historiadores, ensayistas y periodistas por citar algunos en las letras, como artistas plásticos, profesionales, todos de destaque que trascendieron fronteras, elevando a nuestro País a sitiales de privilegio en el concierto mundial.

Esa época dorada, hoy tiende a decaer. Es lamentable, pero es constatación de la realidad. La educación, al estar totalmente a la deriva, sin planes serios, con permanentes improvisaciones, sin incentivos reales para que los muchachos permanezcan en las aulas, produce una juventud descreída de los valores culturales y con
una bajísima calidad de capacitación y de cultura general.

Simplemente con apreciar las dificultades en comprensión lectora, el precario manejo de las matemáticas, la deficiente ortografía, el general desconocimiento de la geografía e historia del País, nos da la pauta de la debacle que sufre nuestra enseñanza.

Si entráramos a analizar otras materias, el resultado puede llegar a calificarse de catástrofe.

Aquella pasión por la lectura, la adquiríamos desde nuestros primeros años, o quizá de nuestro primeros meses de vida, cuando antes de dormirnos escuchábamos atentamente los cuentos que alguno de nuestros mayores acostumbraba leernos.

Si le agregamos a la deriva en que navega nuestra enseñanza, elementos que la tecnología ha puesto en manos de nuestros jóvenes, vemos acrecentadas enormemente las carencias en el manejo del idioma.

Nuestro riquísimo idioma español, se ve agredido permanentemente con un idioma cibernético, que personalmente considero castrante y de lamentables consecuencias para el futuro de nuestros jóvenes que carecen totalmente de una base idiomática firme y que por lo tanto no están habilitados para usar tan mala abreviación sin que vean peligrosamente atacado su futuro comunicacional.

El lenguaje que vemos usar en el chat, el sms y hasta en el e-mail, parece a propósito para disimular las carencias en el manejo de la oración correcta, la ortografía y el vocabulario adecuado a una buena comunicación, agravando más las carencias de la educación formal.

Pareciera más fácil, usar una mala fonética y peor escrita, que consultar un simple diccionario, torturándonos con una serie de sonidos que debemos imaginar para componer un mensaje entendible.

En esos pseudo mensajes, desaparecieron tildes, comas, puntos, mayúsculas, signos de interrogación y admiración, se sustituyen palabras por símbolos trocando arbitrariamente significados, con un resultado deplorable para el idioma. 

Por otro lado, vemos con asombro, como buenos profesores y maestros se rebelan contra algunas disposiciones de la autoridad de la educación, porque ven agredidas desde la dirección las posibilidades de mejorar la instrucción. Como único ejemplo, daremos la "promoción social", que facilita el pasaje de año aunque el alumno no reúna los conocimientos adecuados. En este momento hay varios liceos que por cuenta y riesgo de sus cuerpos docentes están desconociendo estas directrices con el afán patriótico de cumplir fehacientemente con su labor de educadores.

Es un triste ejemplo que desnuda la carencia de una política de educación delineada por técnicos, que los tenemos y muy buenos en el País. Sin pretender hacer juicios de valor sobre las personas, aparentemente la dirección de nuestra educación no está en las manos más adecuadas.

Hace unos meses, desde la Presidencia de la República se convocó a una reunión de la cumbre de la educación con el Consejo de Ministros, alentando esperanzas de revertir esta triste situación, pero aparentemente ha naufragado por las luchas de poder, intereses políticos o rencillas personales, todo alejado del fin primordial, de trabajar por una enseñanza digna, que vuelva a elevar al País, a aquel sitial de prestigio que en una época ostentamos.

A la carencia educacional, lamentablemente debemos sumarle la carencia de infraestructura, edificios derruidos, aulas atestadas con mobiliario en estado deplorable, condenando a los muchachos y sus docentes a permanecer en locales inhóspitos, sin la mínima posibilidad de una atención personalizada acorde con los buenos métodos de enseñanza.

No queda más que esperar, que desde las esferas gubernamentales, se encare seriamente una reforma de la enseñanza, que además de la adecuación académica, debe ser acompañada por la adecuación de infraestructura  y la mejor consideración salarial a los educadores, porque en ellos está depositado el futuro de nuestra sociedad, que siempre se sostuvo por buenos profesionales, técnicos y operarios poseedores de una excelente base cultural.

1 comentario:

  1. muy bueno ,habria que regresar a aquella epoca que era un placer leer y enriquecerse

    ResponderEliminar