El caso griego

El 7 de mayo de 2010, los portales internacionales anunciaban que Europa se hundía en una crisis de confianza, al desplomarse las bolsas del mundo ante la crisis económica griega, que amenazaba con extenderse a otros países.

Puede decirse que desde aquel momento el País helénico había iniciado una verdadera carrera al abismo. A pesar de que Alemania, Francia, Italia y España reunieron un paquete de ayuda de 100.000 millones de euros, a los que se sumarían 30.000 millones aportados por el FMI, las dificultades económico-financieras no quedaban solucionadas.

La crisis socavaba los cimientos de su economía, con una deuda del orden del 143 % de su PBI, imposible de afrontar. Es cuando la Unión Europea pone en práctica el primer mega plan de salvataje con un aporte de 75.000 millones de euros, que sumaban a los aportes enunciados más arriba.

El salvataje externo comprometía a un drástico recorte presupuestal, a fin de recuperar credibilidad entre los inversores.

Como es de esperar los drásticos recortes presupuestales traen aparejados, merma de la inversión y por ende en la producción, inflación, deterioro en el empleo con un incremento de la desocupación, desembocando en crisis social, protestas, huelgas, inseguridad.

En octubre de 2010, se dan algunos enfrentamientos entre policías y manifestantes y en noviembre aparecen los primeros paquetes bomba en varias sedes diplomáticas. El descontento es general y grupos extremistas empiezan a aparecer con sus atentados. Angela Merkel, canciller alemana y Silvio Berlusconi, premier italiano, fueron los primeros destinatarios de bombas postales. Más tarde dos jóvenes son detenidos cuando portaban un paquete bomba destinado al presidente francés Nicolas Sarkozi. El caos social estaba instalado.

También en el mes de noviembre se enciende una preocupante luz roja: el futuro del Euro está en juego, advierte el ministro alemán de finanzas Wolfgang Schaeuble, cuando la crisis ya llega a Irlanda.

Hace cerca de dos años que Grecia se debate en esta situación y no se ve aún, un horizonte claro y varios países de la Eurozona empiezan a tener dificultades. La crisis griega amenaza a extenderse por Europa y podemos decir que nubes de tormenta amenazan gran parte de occidente.

Para culminar, en el mes de abril de 2011, circula fuertemente entre los inversores el temor a la cesación de pagos por parte de Grecia, que no tiene posibilidades de cumplir sus compromisos asumidos al recibir los fondos de salvataje y comprometiendo aún más la situación europea, Portugal e Irlanda comenzaron a negociar planes de rescate financiero y España entra también en dificultades.

Es cuando se empieza a mencionar entre los economistas la solución Uruguay como única posible salida para Grecia, refiriéndose al plan de reconversión amistosa de la deuda, llevada adelante para superar la crisis del 2002, por el entonces Ministro Alejandro Atchugarry.

Aunque Latinoamérica estaría a resguardo de ser víctima de los coletazos de la crisis europea, nuestros gobiernos deberán tomar debida nota y si estamos en épocas de bonanza, ser lo suficientemente cautos para crear las reservas o tomar las providencias que nos protejan.
Artículo escrito para"Compromiso con todos", publicado en su edición de julio/2011.