Declaraciones infelices

Acaba de ocurrir un hecho comercial de gran relevancia en la República Argentina, que involucra directamente al País vecino con una empresa española y por ende con el gobierno español.

Sería redundante hablar sobre la expropiación de la participación en YPF de la española REPSOL, en virtud de que toda la prensa nacional e internacional ha informado lo suficiente sobre el tema, aunque esa es la razón del presente artículo.

Quizá una gran porción de nuestro pueblo tenga una posición sobre si el gobierno argentino procedió bien o no, otra parte no le interesa ni opina o simplemente lo ve como algo lejano que no vale la pena ni mencionar y también hay otro grupo, que ni si quiera está enterado de los hechos.

A pesar de que tengamos una opinión a favor o en contra de la expropiación en marcha, o pertenezcamos a los otros grupos mencionados, lo que debemos tener muy claro es que es un problema entre Argentina y España, dos países con los cuales Uruguay mantiene relaciones diplomáticas y comerciales. Pero además que España está inserta en una unión de países que involucra a casi todo el continente Europeo, con quienes también mantenemos iguales relaciones.

También, tener muy en cuenta que la Unión Europea, realmente es una asociación de Estados, que respeta sus tratados y los honra, a pesar de todos los avatares económicos y financieros que le ha tocado vivir en los últimos tiempos.

Generalmente en Uruguay, las opiniones hechas en forma pública, por integrantes de los distintos estamentos de Gobierno y Partidos Políticos han sido dentro de la cautela que amerita el tema, un tema ajeno sobre el que no deben expresarse juicios de valor.

Aunque lamentablemente hubo una voz discordante. Como ya nos tiene acostumbrado el Presidente Mujica, opina en todo y de todo, e inmediatamente de conocida la noticia, expresa su total apoyo a lo realizado por el gobierno argentino.

Ante las cámaras y micrófonos de distintos medios, lo expresó en forma que no merece ninguna duda.

Nuestro País, tiene una larga historia de imparcialidad en conflictos entre otros Estados y de no intervención en asuntos ajenos. Esa historia ha cimentado un prestigio, que sumado a la estabilidad política sustentada en nuestra democracia republicana, el honrar nuestros compromisos y respetar las normas del derecho, nos ha convertido en un lugar apetecido por los inversores extranjeros, porque les brinda seguridades que en otros Países no encuentran.

Por eso las declaraciones extemporáneas e inconsultas, realizadas por la mayor jerarquía de nuestro Gobierno, pueden erosionar ese prestigio.

Al escuchar el respaldo del Presidente Mujica a la actitud argentina, cualquier posible inversor, con toda lógica, pensará que si se apoya esa medida en contra de un inversor extranjero, deja abierta la puerta para que alguna medida de ese tipo dentro de fronteras se haga posible.

El Gobierno Uruguayo, no es subsidiario del Argentino y la República Oriental del Uruguay, no es una provincia de ese País, pero para el Sr. Mujica, sigue primando la obsecuencia y ante cualquier actitud de la Presidente Cristina Fernández, está siempre dispuesto a ser el primer claque. 

El MERCOSUR, que he calificado de opereta en varias ocasiones, no es ni por asomo lo que es la Unión Europea, y no crea el Sr. Mujica que, los integrantes mayores de "nuestro" MERCOSUR, le alcanzarán un cabo si nuestro País se hunde, sino como ha ocurrido hasta ahora, quizá nos manden una enorme ancla para llevarnos al fondo.

Las relaciones entre los Estados, no son relaciones de amistad o de coincidencias políticas o filosóficas, se encarrilan siempre por las necesidades económicas y a la vista está, los conflictos siempre son iniciados por estas necesidades. 

Son cuestiones muy delicadas, que deben tratarse con mucha cautela. Es lamentable, pero en los últimos tiempos nuestro gobierno se ha destacado por declaraciones totalmente reñidas con nuestra política de no intervención en asuntos de otros Estados. Debemos recordar el conflicto Palestino-Israelí, el conflicto Argentina-Reino Unido, por la disputa de soberanía de Falkland Islands y el tema Iraní, por citar solo unos.

Las opiniones infelices, deben evitarse Señor Presidente, olvídese un poco de las cámaras y los micrófonos y dedíquese a hacer, lo que el pueblo lo ha mandatado, presidir el gobierno y representarnos dignamente.