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sábado, 7 de julio de 2012

Promesas e incumplimientos


Educación, educación, educación.

Es probable que ningún ciudadano uruguayo desconozca, quien y en que momento, repitió tres veces la palabra educación, como forma incuestionable, de ponerla en la primera línea de gestión y volverla al sitial, similar a aquel que enorgulleciera en su época, a todos los uruguayos, por el prestigio a nivel internacional que ostentaba.

Creo que en aquel momento ningún uruguayo dejó de ver una luz de esperanza, de que el caos en que se estaba sumiendo, se revirtiera y poco a poco volviera nuevamente a ser la palanca del progreso.

No hubo voluntad, ni con el respaldo explícito de todo el espectro político del País, para cumplir con aquella promesa, que quedará como un testimonio más, de lo que no se hizo.

¿Se priorizaron los corporativismos sindicales?, ¿no hubo voluntad política para llevar adelante una reforma educativa que terminara con el caos? o ¿sí, hubo una voluntad política expresa de no hacerlo, para profundizar el analfabetismo y la ignorancia, para tener gente más manejable, que con algún asistencialismo les asegurara un voto más? 

Con bombos y platillos se encara una profunda reforma en la salud, creando el Sistema Nacional Integrado de Salud. Un título parecido a una verdadera panacea, todos los uruguayos seríamos usuarios de una asistencia igualitaria, que nos aseguraría una atención médica integral.

Hoy, con profundo dolor vemos el despilfarro de fondos públicos y el destrozo casi total del sistema de atención de salud.

El presupuesto para la salud ha tenido un aumento anual desde el 2004 del orden del 12,8% en términos reales (eso es valores actualizados por inflación), lo que significa que se multiplicó casi por tres veces la disponibilidad del Ministerio de Salud Pública (para ser justos digamos que se multiplicó por 2,6l4l veces), pero ¿que se hizo? ¿a donde fueron a parar esos cuantiosos fondos?

Resulta que hoy vemos decenas de ambulancias esperando muchas veces más de 12 horas, en las puertas de emergencia, para que atiendan a sus pacientes, siendo tal la deshumanización del nuevo sistema, que se ha permitido la muerte de pacientes por no atenderlos a tiempo.

Hospitales de referencia con camas de CTI clausuradas por no haber personal médico o de enfermería para atenderlas, mientras se forman las colas de ambulancias.

La salud en Uruguay es un caos de desproporciones. Según La Organización Panamericana de la Salud (citado por el portal de elobservador.com), la proporción correcta en materia de recursos humanos es de 1 enfermero por cada médico, pero en Uruguay la proporción es de 1 enfermero por cada 6 médicos. Según cálculos de la misma fuente, faltarían 12.000 auxiliares de enfermería y 3.600 nurses. Pero además faltan médicos en la salud pública, principalmente especialistas.

Sin embargo el presupuesto del Ministerio de Salud Pública se ha visto incrementado en igual forma que para la educación. Más grave aún, a pesar del incremento presupuestal y la carencia de personal, un médico en Salud Pública percibe $ 300 la hora, mientras que en el sector privado cobra entre $ 600 y $ 700. 

La lamentable conclusión es que, la promesa de salud igualitaria para todos es nada más que eso: una promesa más, incumplida.

Vivienda para todos. A partir de la primer quincena de asumido el gobierno se iniciaría un agresivo plan de construcción de viviendas, tendiente a solucionar el problema habitacional de todos los uruguayos.

Hoy vemos que los asentamientos irregulares, son los que sí, se multiplican agresivamente. Las Láminas en la periferia de Bella Unión, sigue igual, o quizá peor, porque con el plan de eliminación de ese cúmulo de habitáculos inhabitables, obligaron a muchas familias a trasladar sus ranchos a un lugar por demás inhóspito, para dejar libre el lugar donde construirían las viviendas nuevas. Inhóspito, porque al ser más bajo que la ubicación anterior, además de seguir en sus viviendas de láminas y cartón, están rodeadas por el lodazal y la humedad permanentes. Ya van varios inviernos de espera y las Láminas siguen en pie.

Creación de fuentes de trabajo. Las encuestas son muy buenas, hay menos desempleados, pero cuando los encuestadores llenan sus planillas, por una changa de $ 50 en el correr de la semana, son considerados en actividad, pero la realidad es que esa familia vive del asistencialismo estatal, porque con una changa esporádica nadie para la olla y menos se viste o compra un medicamento. Para colmo, es más "saludable" vivir del asistencialismo, y son pocos los que aceptan un trabajo por el que tenga que pagar aportes jubilatorios y perder la asistencia social.

Sobre la seguridad, no hubo promesas, por lo que a la inacción del Ministerio del Interior, no podremos decir que incumplieron alguna promesa, pero verdaderamente seguimos la gente honesta encerrada tras las rejas con cinco candados, perros guardianes, alarmas y los que no pueden pagarlos a merced de los delincuentes, mientras éstos deambulan libremente medrando por todo el territorio nacional.

"Pondremos los trenes a correr, para aligerar el peso del transporte carretero". De material rodante no se repone nada, desde la década del 1990 y las vías siguen en condiciones calamitosas, los rieles que se cambiaron fueron los adquiridos en en la década de 1990 a Rusia, pero hace un par de meses se nos prometía llegar a San Pablo en tren. ¿Será como el "Tren de los Pueblos Libres"? Una verdadera tomadura de pelo, o el Sr. Presidente se creyó su expresión de que "somos nabos". Pero no, no "somos nabos". 

No tenemos trenes que funcionen, ni vías para correrlos, las rutas con un mantenimiento deficiente, los caminos de penetración en estado caótico y ahora completa la caótica nómina, PLUNA vaciada y por lo tanto fundida y cerrada. 

No solo se han incumplido las promesas, sino que además se han tirado por la borda políticas de estado que prestigiaron a nuestro País a nivel internacional. 

Nos referimos a la no intervención en asuntos de otros estados y la libre determinación de los pueblos.

Además, la lucha contra las drogas acordada con otros Estado, la cambiamos por prestigiar la marihuana, proponiendo en un proyecto de ley, su cultivo, industrialización y venta por parte del Estado.

En definitiva, además del incumplimiento a las promesas, vemos un gobierno errático, sin ideas; timorato, plañidero y claudicante ante los socios del malogrado MERCOSUR (en estado de extinción); regido por el amiguismo y la afinidad ideológica, que llevó a un agrandamiento del Estado por la creación de miles de cargos para satisfacer las cuotas de empleos de los distintos grupos coaligados; con ideas dictatoriales de amordazamiento a la prensa; agresivo con la ciudadanía y siempre presto al ocultamiento de hechos de gobierno que generalmente terminan avasallando el deseo de las mayorías; gobernando para favorecer posiciones políticas y no para el bienestar de los gobernados o en una única palabra: desgobernando.

Pero, por si todo lo anterior fuera poco, los tremendos líos internos de la fuerza de gobierno tensa los zurcidos, que amenaza con deshilachar la tan trabajada colcha de retazos.

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