Vistas de página en total

sábado, 5 de marzo de 2011

Autocultivo, ¿sí o no?.

Tenemos serios problemas en la enseñanza, la seguridad, la vivienda, la pobreza, la emigración y algunos más, sin embargo un grupo de legisladores se trenzan discutiendo sobre el autocultivo de la cannabis sativa (marihuana).

 Para el ciudadano que desde temprano se levanta a trabajar y a producir para que su familia y este País sean mejores, nos resulta poco seria esta discución.

Se ha llevado adelante una excelente campaña antitabaco, promovida por el anterior gobierno del Dr. Vázquez, que está dando muy buenos resultados, consiguiendo que esta droga social acuse una notable baja en su consumo.

Hemos escuchado (y leído) las argumentaciones de los diputados que se embarcaron en el tema y todas (o la mayoría) se basan en una incongruencia legal al admitir el consumo y no admitir la comercialización de la marihuana. Con los respetos debidos, una argumentación simplista, sin peso para dar el paso que pretenden.

Creo firmemente que esa incongruencia legal se soluciona, también con una modificación de la ley vigente, pero totalmente distinta a la que se discute.

Pero antes, es imperioso saber algo sobre esta droga.

La marihuana se fuma como un cigarro de tabaco (el de cannabis sativa: porro), se inhala por intermedio de pipas de agua o se come en preparaciones a la que se le agrega la planta molida. En nuestro País el consumo principal, seguramente por el costo, es en forma de porros.

Sus efectos: A corto plazo el uso de la marihuana pueden incluir problemas de la memoria y el aprendizaje; percepción distorsionada; dificultades para pensar y solucionar problemas; pérdida de la coordinación; y un aumento del ritmo cardiaco

De hecho, el humo de la marihuana contiene entre 50 y 70 por ciento más hidrocarburos carcinógenos que el humo del tabaco. Los usuarios de marihuana generalmente inhalan más profundamente y sostienen su respiración más tiempo que los fumadores de tabaco, lo que aumenta la exposición de los pulmones al humo carcinógeno. Estos hechos sugieren que, fumada por fumada, la marihuana puede aumentar el riesgo de cáncer aún más que el tabaco.

La depresión, la ansiedad, y las alteraciones en la personalidad han sido asociadas con el uso de marihuana. Las investigaciones demuestran claramente que la marihuana tiene el potencial de causar problemas en la vida cotidiana o empeorar los problemas actuales del adicto. Ya que la marihuana afecta la habilidad para aprender y recordar información, mientras más marihuana use una persona, mayor es la probabilidad de que se retrase en la adquisición de habilidades intelectuales, laborales o sociales. Es más, las investigaciones han demostrado que el impacto adverso de la marihuana sobre la memoria y el aprendizaje puede durar días o semanas después de que los efectos agudos de la droga han desaparecido.

Un estudio finalizado en 2007 concluyó que el humo de las hojas secas de esta planta reduce el número de las pequeñas ramificaciones en los pulmones responsables del transporte de oxígeno a la sangre y evacuación de sustancias nocivas, concluyen que por ésto los fumadores de marihuana suelen poseer más flema, tos y suelen experimentar la sensación de que se les cierra el pecho.

El compuesto químico psicoactivo predominante en el cannabis es el tetrahidrocannabinol, también conocido como THC. El cannabis contiene más de 400 compuestos químicos diferentes, incluyendo al menos 60 otros cannabinoides como el cannabidiol (CBD), el cannabinol (CBN) y la tetrahidrocannabivarina (THCV), los que pueden dar resultados potenciados y distintos a los del THC solamente.
Cuando se fuma marihuana, su ingrediente activo, el THC, viaja por el cuerpo incluyendo al cerebro para producir sus efectos diversos. El THC se adhiere a sitios llamados receptores de cannabinoides ubicados en las células nerviosas del cerebro, afectando la manera en que éstas funcionan. Hay abundancia de receptores de cannabinoides en las partes del cerebro que regulan el movimiento, la coordinación, el aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas superiores, como el juicio y el placer.

Los efectos somáticos al consumirla en cualquiera de sus presentaciones, son los mismos en la mayoría de las ocasiones; enrojecimiento de los ojos (debido a su acción vasodilatadora), aumento del ritmo cardiaco, sequedad en la boca y casi al terminar el “viaje”, el hambre aumenta de forma evidente, por lo que el consumo de golosinas puede ser altamente recomendado ya que se produce la necesidad de ingerir alimentos ricos en azúcares como resultado del consumo de glucosa cerebral por el THC. Una leve somnolencia y analgesia moderada, además de la dilatación bronquial, son otros de los efectos secundarios que produce la yerba.

Al ser liposoluble, el THC, suele depositarse en zonas ricas en grasa, como el cerebro, el hígado y las gónadas (testículos, gónadas masculinas y ovarios, gónadas femeninas). Algunos estudios indican que un largo consumo de éste componente pueden ocasionar problemas en dichas zonas (como pérdida de memoria, impotencia, etc.).

En resumen: No debemos propiciar el consumo, sino tratarlo como cualquier adicción, es una enfermedad y como tal hay que considerarla.

En lugar de habilitar el autocultivo para corregir una incongruencia legal, ¿no será mejor modificar la ley estableciendo que en lugar de destruir incinerando la droga cuando es requisada en los procedimientos de lucha contra el narcotráfico, dársela a algún organismo responsable (Junta Antidroga, Ministerio de Salud Pública u otro) para que la administre vendiéndosela en determinadas condiciones de control a los consumidores? Quizá una solución de ésta índole deba explorarse.

Además con la solución que persiguen los Diputados, ¿quién nos asegura que quien cultive la cannabis no la comercialice o simplemente invite a familiares, vecinos o amigos a participar en sus fumatas, extendiendo el vicio?

Con la solución que proponemos, se conseguiría además individualizar a los adictos, para poder ofrecerles las salidas válidas al consumo.

Recordemos lo que en prinicipo nos pareció a muchos una quijotada del ex-presidente Vázquez, cuando inició su campaña antitabaco y evaluemos los excelentes resultados obtenidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario