Quienes son los culpables???
Hay
cosas difíciles de entender que nos obliga a buscar respuestas, muchas veces
también difíciles de que sean claras o que según las fuentes esas respuestas
sean contradictorias.
Un
tema con tantas versiones, por más que lo analicemos, siempre nos toparemos con
posiciones encontradas y muchas veces radicalizadas, que dificultan más una
comprensión acabada.
El
principal puerto del País vive momentos complicados, que puertas afuera produce
muy graves consecuencias, tanto económicas como sociales. Puertas afuera del
puerto y puertas afuera del País.
Quizá
lo mejor es hacer un poco de historia basado en documentos, que realmente son
pocos los que han visto la luz pública, pero de todas formas serán una guía para
que se pueda entender algo de esas complejidades.
Esto
empieza a comienzos del presente siglo. Precisamente el 25/04/2001 por Decreto
137/001 el Gobierno dispone la creación de una terminal de contenedores, para
lo que se crearía una sociedad entre la Administración Nacional de Puertos
(ANP) y capitales privados, lo que da nacimiento a Terminal Cuenca del Plata
S.A. (TCP).
Pero
tangamos en cuenta, que desde el año 2000, Montecon ya operaba las áreas
públicas del puerto.
Convengamos
que en buenas medidas convivían sin mayores contratiempos ambas compañías, en
sus respectivas actividades.
Pero
en el año 2008 empiezan los problemas. El gobierno convoca a una licitación
pública para construir una segunda terminal de contenedores, a la que se
presentan cuatro compañías, Katoen Natie (socia mayoritaria en TCP),
ICTSI, Adantir y Montecon.
Se
procede a la apertura de ofertas de acuerdo al orden de llegada (la última
presentada era la de Montecom). Antes de abrir el sobre con su propuesta,
Montecon pide el retiro de una carpeta incluida por error en el sobre.
En
ese estado de cosas, ICTSI exige la apertura de esa carpeta, descubriéndose que
en el sobre se presentaban dos propuestas pretendiendo retirar la que dejaba en
desventaja a Montecon.
Lo
que trae como consecuencia la descalificación de esa empresa, quedando como
ganadora Adantir. Pero surge otra sorpresa, quien quedaba como ganadora de la
licitación resultó ser de los mismos dueños de Montecon, por lo que también fue
descalificada. Finalmente la Administración resuelve conceder un espacio a
Katoen Natie y dos a ICTSI.
Cuántos
líos!!! Seguramente muchos dólares en juego. Pero los líos no terminaron, pues
al año siguiente la ANP decide dejar sin efecto la licitación y Montecon sigue
usufructuando de los espacios públicos del Puerto de Montevideo, incluso,
aparentemente, pagando un canon inferior al que pagarían las otras empresas.
De
hecho Montecon montó su terminal de contenedores contradiciendo el decreto
183/94 que regulaba la operativa de los contenedores en las áreas públicas del
puerto. Aparentemente, esta compañía tenía permiso por tres meses para realizar
su operativa, que a pesar de nunca haberse renovado tal permiso (por lo menos
no se han mostrado públicamente los papeles) siguió con la misma
indefinidamente.
Parece
que los problemas serios empiezan en el año 2020, cuando TCP confirma amenazas
por parte del accionista mayoritario (Katoen Natie) a los gobiernos saliente y
entrante, con solicitar un arbitraje (demanda internacional) de montos
multimillonarios por los perjuicios que le causaron con la presencia “ilegal”
de Montecon.
El
gobierno entrante llega a un acuerdo con la empresa demandante, ésta realizará
ampliaciones con más playas de contenedores y dejará sin efecto el tema de
arbitrajes y el Estado aplicará la legislación vigente.
Con
esto Montecon, vuelve a su situación inicial (aunque parece que el permiso de
tres meses concedidos sigue sin renovar), pierde el movimiento de contenedores
y por ende su capacidad de negocios y merma de ingresos, amenazando con
despidos y rebajas de sueldos a sus operarios.
Por
todo esto, los sindicatos intervienen, comienzan las medidas de lucha y el País
se paraliza algunos días y se complejiza otros. Barcos que en lugar de atracar
en nuestro puerto para descarga y carga, lo hacen en otros puertos de la región
con el consiguiente encarecimiento de fletes y distorsiones en la logística.
Filas
de camiones porta-contenedores esperando en los accesos al puerto para descarga,
con pérdidas por la detención obligada y
posibles pérdidas que pueden ser cuantiosas en mercaderías perecibles al no
acceder a refrigeración. Posible incumplimiento de plazos de entregas de
exportaciones o mercaderías que llegan a destino en malas condiciones por
haberse cortado la cadena de frío, con consiguientes pérdidas de clientes,
incluso devolución de mercaderías por esos atrasos o condiciones.
En
definitiva un enorme lío, que traerá ingentes pérdidas, por momento no
cuantificables, pero seguramente de muy elevados montos y quizá la puesta en tela
de juico del prestigio internacional que goza nuestro País.
El arribo a soluciones definitivas es imperioso y urgente, está en juego el desarrollo y el prestigio del País. No se puede transformar la aspiración de convertir al puerto de Montevideo en un hub portuario, en un centro de problemas, disturbios y desprestigio. A esta altura quienes son los culpables importa mucho, pero se debería dejar de lado y abocarse a “desfacer estos entuertos”. Con frases gruesas, como “el puerto no se vende, se defiende”, no se soluciona nada, simplemente crean más rispideces y enfrentamientos.
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