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domingo, 11 de mayo de 2014

Niños en riesgo.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), organismo internacional dependiente de Naciones Unidas, ampara  alrededor de 40 millones de personas, en países de todo el mundo. La mayor parte de los refugiados o desplazados son afganos (2,9 millones), colombianos (2,5 millones), iraquíes (1,8 millones), sudaneses (1,6 millones), somalíes (839.000), por citar solamente algunos de los que más tiempo han estado desarraigados por conflictos ocurridos en sus tierras de origen.

Pero no solamente en sus países ocurren conflictos, tampoco solamente en sus países sufren miserias.

ACNUR, está realmente preocupado por las terribles condiciones en que arriban los Rohingya a Malasia y las necesidades extremas que presentan luego de sufrir extensos periodos de abusos y privaciones a manos de traficantes. Desde noviembre del año pasado se han acercado a ACNUR en Kuala Lumpur cerca de 120 Rohingyas afectados por parálisis de diversos grados, causados probablemente por dietas pobres y encierros de larga duración.  La grave condición física que presentan permite intuir el largo y difícil viaje que han enfrentado para escapar de la dura situación que enfrentan en Myanmar.

En Etiopía, se está detectando, por parte de la Institución, un fuerte aumento en el número de refugiados que huyen del conflicto en Sudán del Sur después que las fuerzas del gobierno tomaran Nasir, un bastión rebelde en la región del Alto Nilo, durante el fin de semana.

Durante los últimos días, más de 11.000 personas han atravesado la frontera sur sudanesa y han llegado a la ciudad etíope de Burubiey, una pequeña y remota comunidad a orillas del río Baro, que delimita la frontera entre los dos países.

ACNUR indicó que el secuestro de más de 200 colegialas el mes pasado en Chibok, Borno, para venderlas como esclavas sexuales, fue sólo uno, de una serie de secuestros similares ocurridos en los últimos meses en escuelas del noreste de Nigeria.

La volatilidad en este país africano ha dejado cerca de 250.000 desplazados internos y 61,000 más refugiados en los vecinos Camerún, Chad y Níger.

Lo anterior es un tímido reflejo del brutal flujo de refugiados, en este tan injusto mundo actual. Consideremos, cuantos niños, niñas y adolescentes integran estas impresionantes cifras. Indudablemente nos encontraremos con una realidad sencillamente espeluznante.

Pero no solamente entre los refugiados encontramos miserias. En países sin conflictos armados, que viven en condiciones políticas estables, en libertad y democracia, también hay miserias.

En nuestro País tenemos según el CNAI (Catastro Nacional de Asentamientos Irregulares de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República) más de 260.000 personas viviendo en asentamientos irregulares, verdaderos desplazados, no por conflictos bélicos sino por la pobreza,  y que existe un total de 61.500 viviendas precarias en los mismos, lo que nos da un promedio de 4,23 personas por vivienda y resumiendo, por lo menos dos o tres niños en cada una.

Estos alrededor de 180.000 niños uruguayos viven en condiciones miserables, muy cerca de los centros de poder. Algunos a pocos kilómetros de la Torre Ejecutiva, otros no tan cerca de la Estancia Presidencial de Anchorena.

Hay un dicho popular que dice: "La caridad bien entendida, empieza por casa".

Entonces miremos primero a esos 180.000 niños uruguayos y busquémosle soluciones verdaderas.

Pero si además podemos incluir algunas decenas o centenares de niños desplazados de Siria, loas a la idea, si realmente es por caridad, solidaridad o humanismo, incluso si fuera por el afán de, como dijera la Primera Dama, "motivar a otros países a hacerse cargo de niños víctima de la guerra", aunque parezca un menosprecio a la capacidad de caridad, solidaridad y humanismo del resto de la comunidad internacional.

Pero no creemos en tan dignos motivos, lo vemos como una perla más de ese collar de hechos, que tienden evidentemente a abonar el  camino a un supuesto Premio Nobel de la Paz, para el Sr. Mujica Cordano.

En su último informe semanal, ACNUR indicó que 1.058.000 personas, con un altísimo porcentaje de niños, han huido de Siria internándose en el Líbano, donde viven en precarias condiciones.

Esto está ocurriendo en Siria, no desde la última semana, sino que el horror de esa guerra fratricida, donde un dictador no tiene miramientos para bombardear a sus propios ciudadanos desarmados, data ya de más de un año. 

¿Qué hay de los demás desplazados por los conflictos que se multiplican en la faz de la tierra? ¿Recién el Presidente se enteró de esos hechos?

¿Qué pretende realmente el Sr. Mujica, con traer algunas decenas de niños sirios e internarlos en la Estancia Presidencial de Anchorena?

Hay tantas cosas por hacer por los niños de nuestro País, que esa peregrina idea presidencial, suena tan hueca, tan mentirosa, que simplemente asquea.

Fuentes de información de apoyo: CNAI, ACNUR (Informes semanales).
 





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