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sábado, 13 de abril de 2013

Las razones y sinrazones


Una audición radial difícil de digerir

La escuché tres veces, luego la desgrabé para leerla muy detenidamente. Y la leí, muy detenidamente. ¡¡¡Qué difícil de digerir!!! 

La política honra al político, pero el político debe corresponder esa honra, honrando a la política. El político y más cuando llega a gobernante, deja de ser un ente personal para adquirir el maravilloso estatus de representante de parte de la ciudadanía, pero al ostentar el cargo de Presidente de la República representa a todo el País y a todos sus habitantes. Usted Señor Mujica, nos debe representar a todos.

Todos escuchamos los exabruptos referidos a la Presidente argentina y su difunto esposo, pero usted mismo, Sr. Mujica, lo dijo "que le hace otra mancha al tigre", como una reafirmación de su forma de dirigirse no solo cuando se refiere a su colega Presidente, sino a cualquier otro interlocutor y fundamentalmente si es un opositor político o periodista preguntón.

También con el "no voy a salir por el mundo a pedir disculpas" afirmaba nuevamente su forma de ser.

Escuchándole en la grabación de su audición radial, en esa perorata tratando de justificar su forma de ser, nos admiramos de su "disciplina enorme", que alude como forma de soportar su cautiverio, -que conviene aclarar, una gran parte fue en democracia, pues su detención por sus acciones delictivas (asaltos, robos, asesinatos, atentados), se produjo bajo un gobierno ELEGIDO POR EL PUEBLO EN ELECCIONES LIBÉRRIMAS COMO ES ESTILO EN NUESTRO PAÍS, un par de años antes de la dictadura cívico militar-, pero a la vez nos deja un casi sabor amargo, porque esa misma "disciplina enorme" no le sirvió para insertarse nuevamente en un mundo de libertades y asumir que en ese mundo existen las buenas costumbres, el respeto, la tolerancia y el DERECHO. 

Pero, primando sobre la "disciplina enorme", se destacan sus veleidades del calabozo, traducidas en lenguaje procaz, que usted califica de "reo". Y nos asalta la duda si sus veleidades del calabozo le impiden olvidar el lenguaje reo o que usted dejó de ser reo, encerrándose en su cúmulo de justificaciones de "kilómetros en tres metros", que más parecen los divagues de calabozo que razones valederas. 

Tampoco el origen "vengo de los barrios pobres", justifica la procacidad y la mediocridad, muchos nacimos y seguimos pobres pero sabemos llevar esa pobreza con dignidad y día a día enfrentamos los rigores de la vida, muchas veces acosados por la precariedad de los ingresos y la presión de los impuestos. 

Su lenguaje no es, como usted lo manifiesta "por momentos reo, áspero", lo es siempre, por lo menos en todas sus intervenciones públicas. Los canales de televisión, radios y prensa en general abundan en archivos que lo avalan.

“Por muchos años tuvimos que cultivar un decir, un hablar para cuarteles”. Pero eso años pasaron, usted hoy, no es más un reo, es el Presidente de la República Oriental del Uruguay, País, que tampoco es, ni queremos que sea, un calabozo. No es de recibo ese argumento.

“Por efecto de aquellos años y de aquella dura peripecia de andar en la cárcel, en Punta Carretas, de rebotar por los cuarteles -conozco más de 80 calabozos-" “Por muchos años tuvimos que cultivar un decir, un hablar para cuarteles” "lenguaje que está a leguas del discurso público"

Sí, efectivamente un lenguaje que debería estar muy lejos del discurso público y del hablar con los semejantes, sean afines en la posición política o filosófica u opositores.  Haciendo uso de aquella "disciplina enorme" ¿usted no asumió que su vida merecía un cambio, por lo menos para honrar su nuevo estatus y más adelante su investidura presidencial y para honrar el País?

En el momento de salir de su último calabozo, debió dejar de ser el reo que aún vive en su interior, como usted lo reconoce, y asumir que ingresaba a la arena política, -gracias a la democracia que los hombres y mujeres libres pudimos reconquistar desde aquel soberbio acto en el Obelisco, que NO FUE UN ACTO DEL FA como algunos pretenden, a pesar de pactos y conciliábulos- y adquiría una responsabilidad que debería honrar en todo sentido y todos los ámbitos.

Si le escuchamos atentamente, evidencia una gran capacidad de razonamiento y un fino manejo del lenguaje, lo que desmiente categóricamente los intentos de justificar sus dislates y nos lleva a considerar que todo es fruto de un muy analizado y estructurado modo de eludir (o intentar eludir) las responsabilidades. Esa ambigüedad, ¿es realmente producto de años de calabozo o es la estructura, o coraza, creada artificial y artificiosamente para cubrir los desplantes?

Creo firmemente que Usted es un hombre sumamente inteligente, sumamente instruido y sumamente capaz, pero que por razones que no puedo comprender trata de disimular y hacerse ver como el chacarero campechano que solo quiere colocar sus verduras en el mercado.

Con exabruptos más o menos gruesos, o con actitudes más o menos complacientes, nuestras relaciones comerciales con Argentina, por un tiempo considerable no podrán cambiar. No por mala voluntad del gobierno argentino hacia Uruguay, ni por sus exabruptos, sino porque el País vecino atraviesa una situación sumamente grave desde el punto de vista de su economía.

Argentina está quebrada desde 2002, cuando la gran crisis sorteada por Uruguay gracias a la visión del gobierno de la época, y que el País vecino no pudo sobrellevar cayendo en defauld. 

Con deudas de aquella época, sin crédito internacional, sin dólares, acuciada por los embargos y juicios por todo el mundo, Argentina debe sobrevivir y no es lícito decir que toma medidas en contra de Uruguay, pues sus medidas son a favor de su supervivencia y lógicamente nos afectan, pero también afectan al resto de los países con que comerciaban normalmente.  

Distinto es el resto de las relaciones, que se arrastran desde tiempos inmemoriales por la histórica y generalmente inconfesada competencia portuaria, que nos condenara a una permanente subordinación a las apetencias argentinas sobre el tráfico marítimo, confrontadas siempre por las indudablemente mejores costas uruguayas que naturalmente deberían favorecernos.

Para sobrellevar el cautiverio "A esfuerzo y a disciplina lo logré". Luego de tantos años en libertad (muchos más que los del cautiverio) ¿esos esfuerzo y disciplina no los ha podido aplicar para mejorar su vida de relaciones con sus representados y con el mundo? Usted debe representarnos a todos los uruguayos pero con un profundo dolor debo decir que yo no me siento representado y seguramente una gran parte de nuestro pueblo sentirá lo mismo.

La vida de calabozo estuvo llena de “Mono(s), Camello(s), Lagarto(s), Tuerto(s), Rengo(s)…” y quizá muchos apodos (alias) más y de "más que lenguaje, chamullo", "decir entre pocos casi susurrando, donde lo que importa es la finalidad, un tanto conspirativa, no importa la verdad absoluta". Sería sí, la vida de calabozo, pero hoy es la vida de libertad y usted siendo sumamente inteligente, sumamente instruido y sumamente capaz, ¿no la pudo superar? NO señor Presidente, permítame dudarlo.

Usted intenta "pedir sentidas disculpas a quienes pude lastimar en estos días por mis dichos", pero ¿todo esto es una argumentación para ese pedido de disculpas?

Seguramente cuando uno ofende, reconocer y disculparse enaltece, pero como algún político dijo "no aclare que obscurece" usted abundó en obscuridades innecesarias, pero seguramente es cierto que su incontinencia verbal atenta flagrantemente contra el meollo de sus deseos y quedará sobrevolando la duda de la sinceridad del pedido de disculpas.

También como aludimos al dicho de "algún político", recordamos una frase del ex presidente francés François Mitterrand: "cuando habla Mitterrand, habla Francia". Dos expresiones sabias que ¡¡¡cuántas veces debemos tenerlas en cuenta!!!

Quizá el evento que originara todo este desaguisado, sea olvidado por los "ofendidos" en pocos días y la vida retome sus cursos normales, pero bueno sería que el duro ejemplo sirviera para moderar la incontinencia verbal del Sr. Mujica, cosa que nos evitaría el bochorno diario de la destrucción alevosa, con su lenguaje procaz, del rico idioma español y enfrentamientos innecesarios.


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