El País en contenedores

Hace unos años nos parecería algo inverosímil, ver a nuestros hijos asistiendo a clase en unos habitáculos que veíamos en el puerto o sobre grandes camiones y que habían sido fabricados para transporte de mercancías.

Aquellas enormes cajas de metal, fueron "acondicionadas" para cambiar su primigenio destino y ser "ascendidas" a aulas. Los primeros meses del año lectivo, los chicos y sus maestros sufrían el calor abrasador de las chapas recalentadas, pero en pocos días llegarían días más frescos.

Y al fin llegaron, pero no más frescos, realmente muy fríos, dentro de las cajas, parecían recibir sus clases en una cámara frigorífica. Peor aún, cuando la helada era grande, a poco de empezar la clase, las gotas heladas empezaban a caer al principio lentas, luego casi como una lluvia. El vapor de tantas respiraciones se condensaba en el techo helado para luego lloverles encima.

De la escuela se extendieron, como la panacea salvadora. Fueron a las cárceles, al INAU, a los liceos y ahora a la salud pública, a "solucionar" las emergencias.

Hubo dos posiciones, una a favor y la otra en contra de este nuevo status para las cajas de metal. Estuvo a favor el gobierno y en contra la mayoría de los habitantes del País.

Hasta la Justicia, tuvo un discrepante, un Juez que decretó que aquellas latas no eran aptas para vivienda de los internados en el INAU. Pero el cambio de status de las latas sigue afianzándose.

Liceos, escuelas, hospitales, en pavorosas condiciones edilicias. Paredes con enormes manchas de humedad, casi sin revoques, algunos pocos vidrios sanos, puertas y ventanas que no cierran, azoteas que se llueven, instalaciones sanitarias desbordadas en capacidad y en años, instalaciones eléctricas que son un real peligro, abastecimiento de agua en pésimas condiciones, es un panorama que lamentamos ver diariamente.

Pero no hay plata para arreglar o construir, a pesar de la bonanza y que el presupuesto del estado se ha cuadruplicado en poco más de cinco años, con una dotación para la enseñanza que supera todo record porcentual. 

Y como simple consecuencia, el cambio de status de las latas. Hoy Uruguay está inserto en la era del contenedor, un adminículo que como ninguno, tuvo una trayectoria impensada. Digo inserto porque se le da tan variadas utilidades. 

A propósito estuve averiguando algo sobre los contenedores: Existen 9 tipos de contenedores, para distintos tipos de cargas, pero de ninguno se desprende que sean aptos para la mayoría de los usos que le da nuestro creativo gobierno. 

El primer transporte en contenedores fue el 26 de abril de 1956. Una carga que Malcom MacLean transportó desde Nueva York a Houston. En su corta vida de poco más de medio siglo, estas grandes latas vivieron su apoteosis en nuestro pequeño Uruguay, con el cambio de status que comentamos. 

Alumnos y maestros en latas, internos del INAU en latas, presos en latas y ahora enfermos en latas, porque no hay fondos para construir edificios aptos o reparar los existentes, pero a todo esto, el gobierno sumamente preocupado por los derechos humanos de los descuidados reclusos, se plantea la construcción de una cárcel con algunas pocas comodidades, tales como calefacción a loza radiante y otras minucias que harían más llevadera su estancia mientras cumplen su arrepentimiento de alguna trasgresión, como un par de asesinatos, unas varias rapiñas, copamientos o unas simples violaciones.

Casi parece una pintura inspirada en aquella canción infantil "El mundo al revés" o la más ciudadana "Cambalache". Pero no, es la realidad que nos impone el desgobierno frenteamplista, gobierno progresista que le dicen.

Finalmente se ha planteado un pequeño problema por la tardanza en la instalación de las latas en las emergencias hospitalarias. Resulta que las Emergencias Móviles, han recurrido a los servicios de Escribanos Públicos, para certificar las horas de espera para que atiendan a sus enfermos, cubriéndose de la posible muerte de algún paciente dentro de las ambulancias que hacen cola para ser atendidas. Vamos, creativos gobernantes!!! a resolver esto urgentemente, antes que el temor de las emergencias móviles, se convierta en triste realidad. Consigan más latas, que se necesitan.