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jueves, 16 de abril de 2015

Turismo de cumbre.

Hace unos días se dieron cita en Panamá los Jefes de Estado de América, para realizar una "cumbre".

Algunos distraídos pensaron que se solucionarían algunos problemas de los pueblos, quizá otros apostaron por la caída de las dictaduras, otros se inclinaron por concreciones contra la pobreza y el hambre. Quizá haya algunos que pensaron en la unión de las Américas Siglo XXI. Algunos pocos ¿o muchos? acertaron, discursos vacuos con definiciones políticas y excusas de no intervención y libre determinación de los pueblos para no condenar los horrores que ocurren en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua o Argentina y levantar su voz por la libertad de los pueblos.

Luego de esos días previos de tibia expectativa, con duros enfrentamientos en "cumbres" paralelas y algunas trompadas frente a la embajada de Cuba, se van diluyendo lentamente los logros de las supuestas apuestas.

Quizá el hecho destacado fuera de la cumbre fue la gresca entre el Jefe de la Inteligencia cubana el Coronel Alexis Frutos Weeden y el activista por la libertad de los presos políticos, Orlando Gutierrez, frente a la embajada de Cuba, cuyo vídeo fue viralizado en las redes sociales.

Las cumbres paralelas que nuclearon a distintas organizaciones civiles de varios países, principalmente caribeños, se puede asegurar que transcurrieron en discursos y duros enfrentamientos entre defensores y detractores de algunos gobiernos de América Latina, destacando la gritería populista de las patotas cubanas afines a la familia Castro, emitiendo declaraciones de deseos algunos y satisfacciones otros.

La cumbre oficial, nada más que una anodina declaración similar a las que ya nos tienen acostumbrados, con un cúmulo de expresiones tan comunes como inútiles, totalmente inconducentes. Discursos escuchados y otros obviados; general apoyo, por parte de los mandatarios sudamericanos, al dictador venezolano, con un tibio rechazo a la prisión de opositores balbuceada por el Presidente Vázquez. 

Algunos encuentros bilaterales, con muchos bombos y platillos, llevándose los lauros el encuentro Obama - Castro, sellando un reencuentro diplomático que dice zanjar diferencias para iniciar un acercamiento. Lo curioso es que las detenciones arbitrarias por parte de la policía política cubana han venido creciendo en los últimos meses. Según el Instituto para los Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) los arrestos arbitrarios a disidentes fueron en enero de 2015, 178, en el mes de febrero ascendieron a 492 y en marzo, treparon a 610, destacando que hubieron muchas agresiones físicas a los detenidos por la fuerza policial. Las reclusiones, la mayoría en sedes policiales, abarcaron entre 3 y 72 horas. Situaciones que aparentemente pasaron desapercibidas para el Presidente Obama y que avalan aseverar que en Cuba la dictadura castrista sigue en pie y de rebosante salud. ¿Qué gana con estos acuerdos, el pueblo cubano? aparentemente nada, pues todo sigue como estaba.

Los demás encuentros, poco más de lo mismo. Cero resultados. El comunismo siglo XXI, bajo el paraguas del Foro de San Pablo, gozando de buena salud.

En definitiva, el turismo de cumbres, es nada más que eso: turismo, y lo más grave: a costa de los pueblos.







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