Hace algunas semanas el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, refiriéndose al bloque formado por Colombia, Perú, Chile y México, que conforman la Alianza del Pacífico, decía, creemos con mucha razón, que esa alianza "es el nuevo motor económico y de desarrollo de América Latina y el Caribe".
Este bloque económico, con poco más un año de vida, a configurado a sus Estados componentes, en ese período un índice de crecimiento del 5 %, mientras que los países integrantes del MERCOSUR, llegaron apenas al 2,9 %, según datos aportados por la CEPAL (Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe).
Más aún, en el mismo período, el comercio entre los países de la Alianza del Pacífico creció el 1,3 %, sin embargo entre los países del MERCOSUR cayó el 9.4 %, también según informa CEPAL. Aquí debemos considerar, que globalmente desde hace algo más de un año, estamos insertos de una desaceleración del comercio, que afecta por igual a ambos bloques.
Lo anterior está basado en hechos incontrastables, la Alianza del Pacífico funciona en beneficio de sus Estados miembros, mientras que el MERCOSUR vegeta, se deprime.
Un hechos significativo, que reafirma el aserto anterior, es que Costa Rica ya solicitó formalmente su ingreso a la Alianza del Pacífico y su Presidente señora Laura Chinchilla, dijo al respecto: “Ya basta de ideologías, ya basta de consignas, ya basta de buscar chivos expiatorios. Tenemos que asumir con responsabilidad las tareas que aun tenemos pendientes en materia de desarrollo”.
También Paraguay, ha manifestado su interés por integrarse a la Alianza, aunque aún no ha oficializado la solicitud.
Sin embargo el MERCOSUR, realmente se ha convertido en un bloque político, que poco le interesa el desarrollo común, estando inserto en permanentes conflictos internos por las trabas que contrariando flagrantemente el Tratado de Asunción y los Protocolos complementarios, se imponen inconsultamente.
Es una verdad palpable que la Alianza del Pacífico, en los hechos, toma distancia de este MERCOSUR político. Baste ver algunas expresiones en la cumbre de Cali, recientemente celebrada, donde quedó bien en claro que es "una asociación de Estados estables que respetan la democracia y el estado de derecho y que por lo tanto ofrecen oportunidades de inversión mucho mejores que Venezuela, Argentina y otros países populistas que expropian empresas extranjeras a su capricho".
El presidente de México, aseguró que todos los miembros de la Alianza comparten “una visión en favor de la vigencia del Estado de derecho y de la democracia, y de creer que con libre comercio podemos encontrar mayor competitividad para nuestros pueblos”.
Mientras en el MERCOSUR, se privilegian las afinidades políticas, sobre las necesidades económicas de los pueblos del bloque, la Alianza elimina las tarifas del 90% de sus productos de intercambio y se traza el compromiso de eliminar las restantes para el 30 de junio presente. Va más lejos aún, pues va más allá de los acuerdos de libre comercio tradicionales, porque incluye comercio de servicios, inversiones y compras gubernamentales; al más breve plazo incluye planes de aumentar los intercambios estudiantiles, validar los títulos universitarios entre los países miembros; abrir embajadas y oficinas comerciales conjuntas en Ghana, Marruecos, Vietnam, Singapur, Turquía y otros países; y crear una plataforma conjunta para poder exportar a Asia. Finalmente agreguemos que ya tienen acuerdos de libre comercio, además de entre ellos, con Estados Unidos.
No es necesario ahondar sobre las trabas y problemas que nuestro País sufre por parte de sus socios del MERCOSUR, pues son ampliamente conocidas; tampoco los problemas entre los otros socios, los duros enfrentamientos entre las Presidentes de Argentina y Brasil y los fallidos "negocios" con el novel "socio" Venezuela; pero sí tenemos que aceptar que este bloque no aporta absolutamente nada, para la mejora de las economías tomadas grupalmente.
Los países del MERCOSUR crecieron, a pesar de su aislacionismo durante la década pasada, Por los excelentes precios internacionales de las materias primas; ahora que se estancaron, y posiblemente seguirán estancados por un buen tiempo, ya no tenemos posibilidades de crecimiento, basado en esa bonanza.
A pesar de la paparruchada noticiada por el prosecretario Cánepa, de que Mujica cerró la discusión y ratificó la permanencia en el MERCOSUR, sosteniendo que es una prioridad del gobierno; no podemos resignarnos a seguir vegetando en la mediocridad y esperamos que un próximo gobierno con más vocación democrática, decida el alejamiento de esta pseudo asociación económica.
Al MERCOSUR, o actualmente el MERCOZURDO, no le cabe posibilidades ciertas de permanencia como instrumento de prosperidad, solamente merece, en las circunstancias actuales, extenderle el acta de defunción y nuestro País plegarse al mundo y solicitar unirse a la Alianza del Pacífico.
Publicado en: Compromiso con todos
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