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viernes, 30 de noviembre de 2012

El podio compañero


Primero Argentina, en el escalón más alto, le sigue Venezuela y en tercer lugar, Uruguay.

Indudablemente, nos unimos con los peores y también compartimos esos podios con los peores. Pero... en definitiva es un podio compañero.

Todo según estadísticas y números oficiales, ¿serán los reales? Si hablamos del INDEC argentino, o de la DINE uruguaya, hasta podemos dudar, en cuanto a los números del bolivariano, ni que hablar.

De todas formas en inflación (oficial) las posiciones son esas y los números oficiales son 19.8 % para Argentina, 13.4 % para Venezuela y 7.9 % para Uruguay. No se nos ocurra recurrir a estadísticas más confiables, porque tendríamos que sumarles algunos puntitos más. 

Se deprecia el Dólar, se promueven convenios con las grandes superficies para congelar precios (lógicamente en desmedro de la provisión o el almacén del barrio, que no son formadores, sino tomadores de precios) y a pesar de ello la inflación ya es imparable.

Como ya es costumbre de las acciones de gobierno, siempre equivocadas, el tratamiento de la inflación va por caminos errados. En lugar de atacar las principales causas, se toman decisiones sobre hechos puntuales y a término.

Se dice que quien más paga la inflación es el asalariado de bajos recursos, es cierto, pero también es cierto que en el precio de sus consumos se engloba una carga impositiva a esta altura, leonina.

También es cierto el enorme tamaño que ha tomado el Estado con un presupuesto tan enorme como improductivo, en el que se ha incluido miles de puestos en el Gobierno Central, para "acomodar" correligionarios compañeros, familiares y amigos, además de unos centenares de puestos de confianza.

Si se bajara la carga brutal que significa ese Estado sobre dimensionado, abaratando en algo la carga impositiva, eliminando o rebajando el IVA de los servicios que presta el Estado (UTE, OSE, ANTEL, etc.), quizá transitaríamos por caminos posibles de control de la inflación.

Ni siquiera en la época de la segunda guerra mundial, Uruguay había vivido un momento tan propicio para sus exportaciones, como lo estuvo viviendo en los últimos seis o siete años, sin embargo a pesar de la enorme masa de dinero recaudada por el País, se ha cuadruplicado la deuda externa, no se han hecho obras de infraestructura (a la vista están las rutas deshechas, escuelas y liceos en escombros, hospitales igual), hay más pobres (pululan los hurgadores en los contenedores de basura), más carencia de viviendas (hay más asentamientos irregulares) y la élite gobernante mira al costado y sigue dando palos de ciego. 

Para colmo, en lugar de asociarse o negociar con los grandes consumidores del mundo, los que realmente necesitan de nuestra producción de alimentos y pueden pagarlos, se abraza con los gobiernos compañeros, líderes en inflación. 

Sudamérica, cada vez más unida, para las malas, porque nuestros gobernantes priorizan la afinidad política, antes que las necesidades de los pueblos. Será una Sudamérica cada vez más pobre, pero cada vez más bolivariana. Quizá en muy poco tiempo, el hermano descarriado, corrido del MERCOSUR para darle cabida al bolivariano, nos de la lección y concordemos que el pueblo es lo primero, sin importar las afinidades políticas. 



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